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Desafíos de los centros I+D+i regionales

Fecha: 20 abril, 2015

Yaneska Tapia

Desafíos de los centros I+D+i regionales

Yaneska Tapia Lineros

Gerente Programa de Mejoramiento Institucional en Recursos Hídricos

Universidad Católica del Norte

El encontrarnos en una zona donde los recursos hídricos son escasos debemos verlo no como una debilidad, sino como una oportunidad de buscar soluciones y generar competencias.

El desarrollo del país y sus regiones no solo requiere de un buen manejo de las políticas económicas y sociales. Depende también de la generación de conocimiento tecnológico y humano permanente en torno a los diferentes sectores productivos; del descubrimiento de soluciones a problemas no satisfechos; y del mejoramiento de procesos, productos y servicios, factores claves para la sostenibilidad y competitividad.

En la actualidad, el entorno presenta rápidos cambios, mayor cantidad de competidores y los mercados son cada vez más globales. Por ello, es importante diferenciarnos desde el desarrollo de productos y servicios, hacer más eficiente el uso de los recursos, optimizar los procesos y modificar o adaptar las formas de vinculación y modelos de negocios. Junto con generar ventajas comparativas y competitivas respecto al mercado, estos cambios permiten nuevas visiones y proyectar un mayor crecimiento.

De acuerdo con lo anterior, es necesario generar una cultura de innovación dentro de las empresas. Según Patricio Morcillo (Universidad Autónoma de Madrid), “cultura de innovación es la forma de pensar y actuar que genera, desarrolla y establece valores, convicciones y actitudes propensos a suscitar, asumir e impulsar ideas y cambios que suponen mejoras en el funcionamiento y eficiencia de la empresa, aun cuando ello implique una ruptura con lo convencional o tradicional”.

Las empresas deben asumir que la rentabilidad futura que generen dependerá directamente del gasto que hoy asignan como inversión para realizar investigación y desarrollo. Ciencia, tecnología e innovación son líneas indispensables que se deben fortalecer y potenciar como motores del desarrollo. En Chile, en su mayoría los centros de investigación son formados en las universidades, gran parte de ellos con fondos Conicyt o Corfo. En países desarrollados, los centros que llevan años realizando I+D+i son financiados por la industria y, en un menor porcentaje, por fondos públicos; muy diferente a lo que ocurre en países en vías de desarrollo.

En Chile, las regiones presentan características completamente diferentes. Zonas extremas donde se percibe mayor aridez en el norte y una abundancia del recurso hídrico en el sur. De la misma forma, las oportunidades para generar energía en el norte y en el sur son completamente distintas: en el sur, utilizando el recurso hídrico; y en el norte, explorando con energías renovables no convencionales.

El encontrarnos en una zona donde los recursos hídricos son escasos debemos verlo no como una debilidad, sino como una oportunidad de buscar soluciones y generar competencias, tanto en el desarrollo de innovaciones, como en la formación de capital humano especializado que participe en la industria. Ahí es donde los centros de investigación regionales cobran mayor relevancia, ya que se orientan a la búsqueda de soluciones con el desarrollo de I+D+i, lo que va de la mano con el emprendimiento, por medio de las incubadoras de negocio.

En el caso del agua, está el Centro de Investigación Tecnológica del Agua en el Desierto de la Universidad Católica del Norte (CEITSAZA), que se forma a mitad de 2009 con aportes del Gobierno Regional -a través de InnovaChile de Corfo- y de la UCN; y cuyo objetivo es desarrollar I+D+i para la gestión sustentable y eficiente del recurso hídrico. Es relevante, entonces, que los centros den un salto y trabajen en conjunto con la industria para investigar e innovar en procesos, productos y servicios que desarrollen mayor competitividad.

Queda mucho por hacer para fortalecer nuestro sistema de innovación regional, pensando en que somos un país joven donde el agua y la energía son recursos estratégicos para el desarrollo de la industria y el crecimiento regional. Y las interrogantes son: ¿cómo logramos que la industria genere mayores confianzas y compromisos con los centros regionales? y ¿cómo logramos que los centros regionales puedan sobrevivir con su capital humano a los cambios de la industria con apoyo del Estado?

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