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A 25 años del aluvión de Antofagasta llaman a no bajar la guardia y estar preparados

Fecha: 30 junio, 2016

A 25 años del aluvión de Antofagasta llaman a no bajar la guardia y estar preparados

Cambio climático global aparece como una de las principales amenazas en encuentro sobre el tema realizado en la Universidad Católica del Norte.

El cambio climático global, con un aumento de las precipitaciones, surge como una de las principales amenazas que pone en riesgo a la población antofagastina. Así lo señalaron los expertos que participaron en un seminario para analizar las lecciones aprendidas del gran aluvión que afectó a la ciudad en 1991.

A 25 años de la tragedia, expertos de distintos ámbitos, como ingenieros, geólogos y arquitectos, entre otros, analizaron en la Casa Central de nuestra Universidad las enseñanzas obtenidas de este fenómeno natural que enlutó a los habitantes de la capital regional hace un cuarto de siglo, dejando casi un centenar de muertos y millonarios daños materiales.

“Hoy ya no hay lloviznas, sino lluvias”, explica Álex Covarrubias, Decano de la Facultad de Ciencias de la Ingeniería y Construcción, unidad que organizó el seminario, quien planteó que el cambio climático mundial ha traído un aumento de las precipitaciones en la región.

El ingeniero indicó que es necesario seguir con la construcción de piletas decantadoras y de muros disipadores, ya que estas estructuras han respondido en forma adecuada en situaciones de emergencia en el último tiempo. Agregó que el agua caída en episodios de lluvia no es uniforme en toda la ciudad y que una vez instalado este tema se debe buscar la mejor forma de cómo enfrentarlo. “En el campo de las obras civiles las piletas decantadoras han dado buenos resultados”, sostuvo el especialista, junto con señalar que este tipo de infraestructura debe ser incrementada tomando en consideración las características propias de las quebradas donde son instaladas y el crecimiento permanente de la urbe. También puso énfasis en preparar profesionales que se hagan cargo de estos temas. “Tenemos 10 memorias y otras dos en desarrollo sobre el tema, lo que muestra que hay motivación”, indicó.

PREVENCIÓN Y NUEVAS OBRAS
Otra de las lecciones que dejó el aluvión de 1991 es la necesidad de contar con protocolos para enfrentar este tipo de emergencias. Sobre el particular el Director Regional de la Onemi, Ricardo Munizaga, señaló que en la actualidad existe un plan de emergencia multiamenaza del Gobierno Regional para hacer frente a este tipo de situaciones.

Este tipo de herramientas permite tomar decisiones a través de distintos umbrales y niveles de alerta, para de esta manera aplicar medidas preventivas y evitar daños en las personas e infraestructura. En cuanto a las obras proyectadas, el Director Regional de Obras Hidráulicas, Manuel Gutiérrez, indicó que en Antofagasta, a partir del presente mes, comenzarán los trabajos en las quebradas Uribe y Farellones, las que en conjunto significan una inversión de 11 mil millones de pesos. Asimismo, dentro de este año, dijo que está previsto licitar tres obras aluviales en las quebradas Riquelme, Jardines del Sur y El Toro, por un monto de 18 mil millones; mientras que para 2017 está planificado incorporar la quebrada La Chimba, lo que significará recursos cercanos a los 12 mil millones de pesos. “Es una inversión realmente alta para salvar vidas”, indicó.

Cada una de estas obras tendrá distintas características dependiendo de la morfología de la cuenca. En líneas generales incluirán muros para disminuir la energía, contención de taludes y pozos decantadores, entre otras cualidades orientadas a disminuir la energía de los caudales que desciendan por las quebradas. “Toda esta mega inversión es a partir de las lecciones del aluvión del 91. No queremos que en Antofagasta muera una sola persona más a causa de este tipo de fenómenos hidroclimáticos”, argumentó Gutiérrez, quien destacó que en la actualidad existe un 32% de cobertura de la ciudad y que con estas nuevas obras se avanzará a un 85%.

BASURA Y URBANISMO
El ingeniero Walter Roldán, Secretario de Extensión de la Facultad de Ciencias de la Ingeniería y Construcción, resaltó que el fenómeno aluvial no es solo un problema de lluvia, infiltración y escurrimiento, sino que también considera un flujo que desciende con una enorme energía que es lo que produce problemas.

Ante este escenario explicó que las piscinas aluviales cumplen su objetivo, pero que el mantenimiento de estas estructuras presenta dificultades, ya que la comunidad no tiene conciencia sobre su importancia. “Las quebradas son utilizadas en forma permanente como botaderos de escombros y de basura”. Añadió que esta situación es un permanente factor de riesgo que es necesario enfrentar. “Es un problema netamente cultural y de alguna manera tenemos que aprender que nos estamos insertando en un mundo en que lo que hacemos también afecta a los demás”, puntualizó. Desde el punto de vista del desarrollo urbanístico, el académico de la Escuela de Arquitectura de la UCN, José Luis Santelices, resaltó que el plano regulador de la ciudad debe considerar el riesgo de aluviones, sismos y tsunamis. Consideró que en su diseño debe incluir zonas de no ocupación, pero que muchas veces los diseños urbanísticos entran en conflicto con los intereses inmobiliarios.

ENCUENTRO
En el encuentro también aportó su visión el académico del Departamento de Ciencias Geológicas de la UCN, Gabriel González, quien destacó su experiencia como investigador del Centro Nacional de Investigación para la Gestión Integrada de Desastres Naturales (Cigiden). El investigador mostró los resultados obtenidos en relación al aluvión de Tocopilla de 2015, analizando las lecciones obtenidas de ese fenómeno que afectó al puerto salitrero de la Región de Antofagasta.

También destacó el aporte de Catalina Robledo, estudiante memorista del Departamento de Ingeniería Civil, quien presentó los avances de su investigación “Análisis de los factores desencadenantes de la génesis de aluviones con énfasis en el frente de saturación de suelos y quebradas aluviales de la ciudad de Antofagasta bajo condiciones de apozamiento”. Asimismo, Diego Aguilar, perteneciente a esa misma unidad académica, presentó un trabajo sobre la modelación de un flujo de detritos en las quebradas El Toro y Jardines del Sur de Antofagasta.

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