Autoridades universitarias, estudiantes, académicos y arquitectos participaron de la actividad.
Destacar la importancia de una formación que involucre aspectos como la política, el entorno, la innovación tecnológica, investigación y la comunidad en el quehacer de los futuros arquitectos de nuestra Universidad, fue el mensaje transmitido en el inicio del Año Académico de la Escuela de Arquitectura de nuestra Universidad.
Durante la jornada, el Director de la Escuela de Arquitectura, Dr. Carlos Miranda Zuleta, se refirió a los desafíos de esa unidad.
Parte de los proyectos y objetivos que plantea la Escuela tienen que ver con sostener una unidad de 500 alumnos, que requiere de una movilidad de recursos y personas actualizadas y vigentes para poder formular los proyectos docentes para profesionales que requiere la sociedad en un futuro inmediato. “El área del Taller requiere de esta revitalización, que implica procesos de investigación e innovación permanente. Parte de las tareas que nos hemos propuesto es sostener la actividad académica desde la construcción del conocimiento activo y consistente con eje en los cuerpos académicos planta y hora con el objetivo de formación participativa, y para eso está consolidar las áreas temáticas de nuestra Escuela, por hoy intensificando las áreas del patrimonio, medio ambiente y urbanismo”.
Esta labor, agregó, requiere de una proyección vertical, desde los inicios de la formación a los ámbitos superiores de investigación, innovación y desarrollo tecnológico, orientados al servicio a la comunidad y en proyección de futuros posibles, manifestó.
CHARLA MAGISTRAL
Autoridades universitarias, académicos, estudiantes, representantes del Colegio de Arquitectos de Antofagasta y de organismos externos, estuvieron presentes en la Charla Magistral del inicio del Año Académico “Arquitectura, poder y política: ideas para considerar”, que tuvo como invitado al Dr. Max Aguirre, académico de la U. de Chile.
“La presencia de nuestro invitado responde hacernos cargo de situar la arquitectura como un bien de desarrollo, de responsabilizarnos como disciplina en dejar de lado la visión limitada de pensar que la arquitectura es el plus estético de lo construido; por el contrario, la arquitectura inicia en la comprensión del habitar humano que va buscando formas de construir nuestro entorno, como total donde desarrollamos nuestra vida. La arquitectura es un bien que alberga nuestra cotidianeidad, a la vez que recipiente del orden de lo público y lo privado, es expresión y espacio de convivencia, por lo tanto, de hacer política, conduce el poder por lo que afecta a los acuerdos, consensos y libertades”, mencionó Miranda.
Añadió que la Escuela comienza a abordar dimensiones de deliberancia de la comunidad desde el accionar disciplinar. Para ello debe construir los canales y lenguajes adecuados, “recuperando nuestro rol basado en la confianza que otorga la claridad del lenguaje basado en códigos y definiciones compartidas”.
PODER Y ARQUITECTURA
El Doctor en Arquitectura Max Aguirre es arquitecto y académico de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Chile, y durante su presentación expuso que las relaciones entre la arquitectura, la política y el poder que este conlleva.
“Es un tema bastante actual, si uno considera que aunque no se aborde la arquitectura bajo estos términos, lo que me interesa es poner en evidencia que son dimensiones de la arquitectura que están permanentemente presentes y que siendo una constante en el desarrollo de esta, conviene actualizar y recordar cuáles son esos lineamientos que se desprenden de estos términos y cómo se enlazan”.
El académico indicó que desde esta mirada se desprende un llamado de atención para los arquitectos en la actualidad, en un triple escenario: académico, profesional y gremial.
“Bajo esa perspectiva y teniendo como supuesto que el estado de la arquitectura, que en nuestro país atraviesa por una situación paradojal, porque alcanza un reconocimiento internacional notorio, muchos han sido reconocidos, con publicaciones, pero no obstante, seguimos teniendo graves dificultados es urbanismo y arquitectura en nuestro país, partiendo lo que representa nuestro mal endémico de la vivienda social”, mencionó el experto.
El profesional agregó que los futuros arquitectos deben tener una formación con conciencia política para actuar organizadamente. “Esto se perdió en 1981, cuando el Colegio de Arquitectos de Chile fue desprovisto de todos los atributos políticos que tenía en ese momento”, sentenció.
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