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Madre y vacunas: Juicio social ante el rechazo a la inmunización

Fecha: 7 julio, 2015

Madre y vacunas: Juicio social ante el rechazo a la inmunización

Magíster en Salud Pública de la UCN investigó las motivaciones que llevan a las madres a rechazar las vacunas de sus hijos. Créditos imagen www.aponet.de.

Tras los seis casos de sarampión confirmados por el Ministerio de Salud en nuestro país, se reabrió el debate respecto a la inmunización y las repercusiones, positivas o negativas, que tiene sobre la salud de los niños.
¿Cuál es el motivo por el que una madre no acepta que su hijo sea vacunado?, ¿cuál es la sanción social que recibe?, ¿en qué fundamentan sus creencias? Estas fueron algunas de las preguntas que logró responder la enfermera y Magíster en Salud Pública de la Universidad Católica del Norte (UCN), Fernanda Arredondo, quien realizó, en la Región de Coquimbo, una investigación cualitativa centrada en este fenómeno social.
“Nuestra formación científica muchas veces se inclina por investigaciones de tipo cuantitativas, las que, sin lugar a dudas, entregan información fundamental para ciertos temas de interés de la salud pública, pero también es cierto que se deja de lado el área cualitativa, la que, en su amplitud, nos permite ir más allá de una cifra o un porcentaje ya que nos entrega la posibilidad de comprender un fenómeno”, explicó Arredondo.
La profesional agrega que gracias a este tipo de investigaciones “las conclusiones que se obtienen pueden ser la base de una intervención exitosa ya que no considera a las personas como un número sino como un todo”.
En este caso, el estudio tuvo como grupo objetivo a aquellas madres que habían rechazado vacunar a sus hijos, una tarea que no fue fácil de realizar. “Se llegó a ellas con la modalidad de “bola de nieve”, ya que a pesar de que son muchas las personas que rechazan vacunas, no todas están interesadas en ser entrevistadas y formar parte de una investigación de esta envergadura”.
Hoy, la Magíster en Salud Pública, presenta algunos de los resultados obtenidos en su estudio.
UN POCO DE HISTORIA. Desde 1978 Chile cuenta con un Programa Ampliado de Inmunizaciones, que ha permitido la disminución de la morbilidad y mortalidad de enfermedades que causaron grandes pandemias en el mundo.
Según datos del Ministerio de Salud, gracias a la implementación de este plan, la poliomelitis está ad portas de erradicarse del mundo y en 1992 –cuando se inició la primera campaña masiva contra el sarampión en el país– se ha logrado mantener el 95% de cobertura para la enfermedad.
En la actualidad, el calendario de vacunación vigente indica seis vacunas para la población de 0 a 6 años, de las cuales cuatro se deben reforzar durante ese mismo tramo etario, es decir, hoy un niño chileno recibe 16 vacunas hasta primero básico. Dentro de ellas, existe una, la Pentavalente que protege contra cinco enfermedades: Hepatitis B, DPT (difteria, tétanos y tos convulsiva) y la H, influenzae Tipo B. Para garantizar una protección en el tiempo se aplica a los 2, 4, 6 y 18 meses y es la única, de las seis vacunas del calendario, que contiene mercurio.
Según la OMS, para que un plan de inmunización sea efectivo y garantice el control de enfermedades inmunoprevenibles debe tener un 95% de cobertura. Una cifra que en Chile se cumple, pero que así como ocurrió en Europa podría decaer.
“En el último tiempo se ha comentado bastante sobre los grupos “antivacunas” pero nadie ha investigado qué los motiva considerando, además, que existen personas que rechazan las vacunas y no necesariamente pertenecen a este tipo de organizaciones y que no a todos los motiva la misma causa”, explicó Arredondo.
Por ello, la Magíster en Salud Pública afirma que “sólo se ha pensado en las consecuencias a nivel individual y poblacional que tiene el hecho de rechazar una vacuna pero existe un vacío en cuanto a las motivaciones de estas personas”.
ESTIGMATIZACIÓN Y RECHAZO. Tras el desarrollo de esta investigación, la Mg. Fernanda Arredondo obtuvo valiosa información que le permitió comprender cómo se configuran socialmente las personas que manifiestan su rechazo a la vacunación así como el juicio que reciben de parte de sus pares, incluso de su entorno más cercano.
“Detrás del rechazo a las vacunas existe una familia que es discriminada por la población, que no se detiene a comprender los motivos del rechazo” y agrega que “son acusadas de negligentes por parte de la sociedad en general, que incluye a las autoridades de gobierno, al sistema de salud público como también a los amigos y algunos miembros de su propia familia”.
La profesional afirma que “en el núcleo de las representaciones sociales de las personas que rechazan las vacunas se piensa que éstas provocan daño irreversible con riesgo de mortalidad. En otras palabras, esta es la principal causa del rechazo que ellos manifiestan”.
Además, Arredondo concluyó que “es necesario hacer un cambio de paradigma que debe tener como objetivo al ser humano y su vinculación social y comunitaria por sobre la tecnificación de los procedimientos”.
“Cabe destacar que a pesar de que estas personas piensen distinto, son parte de nuestra sociedad y como tal, se les debe prestar atención a sus necesidades y evitar la discriminación y el juicio social”.

Créditos imagen 2: www.unicef.de

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