Academia

Educación no sexista y compromiso con una sociedad más igualitaria

Fecha: 19 junio, 2020

Educación no sexista y compromiso con una sociedad más igualitaria

Este domingo, 21 de junio, se conmemora el Día internacional por la Educación No Sexista, una fecha que llama a eliminar todas aquellas prácticas educacionales que reproducen estereotipos de género presentes en la cultura.

Surgida en 1981, al alero de la Red de Educación Popular Entre Mujeres (REPEM), la iniciativa ha ido sumando adherentes, en el convencimiento de que «comprometerse con una educación libre de estereotipos de género es comprometerse con una sociedad más igualitaria y por lo tanto con la justicia social». Así lo expresa Carolina Salinas Alarcón, Secretaria de Género de la Universidad Católica del Norte Sede Coquimbo.

La educación sexista, señala, «se manifiesta como la supremacía de un grupo humano sobre otro, en base al género», y cita como ejemplo la distinción de juegos y oportunidades de experiencias entre niños y niñas en la educación inicial: las niñas juegan a la casita, los niños a construir, a los experimentos, a los cohetes.

Las niñas, continúa, «deben ser tranquilas, señoritas, ordenadas; los niños pueden explorar, trepar, correr, saltar, revolcarse en el suelo. En los cuentos infantiles las “princesas” son bellas, delicadas, no hacen mucho y siempre necesitan que un valiente príncipe las rescate».

Héroes y santas

En la educación básica, los niños se apropian de los espacios de juego en los recreos, mientras las niñas utilizan los espacios que quedan. Incluso la literatura fomenta este esquema, con alusiones a hombres valerosos, héroes, campeones, y a mujeres puras, santas, madres, dulces y tiernas, comenta Carolina Salinas. Y la situación continúa en la educación media, «con un profesorado que atribuye inteligencia a los hombres y esfuerzo a las mujeres; que ofrece más oportunidades de participación en clases de ciencia, matemática y tecnología a hombres que a mujeres, en una proporción de 8 es a 1; a las niñas se les atribuye la culpa cuando ocurren situaciones de violencia en el pololeo. socialmente se considera una conducta deseable que las mujeres tomen cargo asistenciales en las directivas de curso, y cuando toman liderazgos, tienen la sanción social de ser consideradas, mandonas, amachadas, etc.».

Invisibilización

Producto de esta tendencia, advierte la Secretaria de Género de la UCN, en la educación superior estas situaciones «se traducen en una baja participación de mujeres en carreras TEMS (Tecnología, matemáticas y ciencias), en una invisibilización de los aportes de las mujeres en las referencias bibliográficas, subestimación de sus capacidades para investigar, publicar, ejercer cargos de liderazgo y toma de decisiones».

Por otra parte, prosigue, en lo relacional, existen discursos sexistas, invisibilización de las diversidades, chistes machistas al interior de las salas de clases, y otras tantas evidencias de micromachismos que afectan los espacios de interacción.

Transformación social

«Todas estas prácticas, presentes en el currículum explícito (contenido, lo que se enseña), currículum implícito (prácticas docentes, cómo se enseña) o convivencia (interacciones espontáneas informales), constituyen el sexismo en educación», subraya Carolina Salina, y por ello, desde su cargo y como mujer, se suma a esta conmemoración, manifestando que «Comprometerse con una educación libre de estereotipos de género es comprometerse con una sociedad más igualitaria y por lo tanto con la justicia social. Implica visibilizar y valorar los aportes de todas las personas independiente de su género, reconociendo que tenemos las mismas capacidades y debemos tener los mismos derechos y oportunidades. Es ser protagonista de la transformación social y comprometerse con el cambio cultural que anhelamos».

Texto: Cecilia Becker

Imagen: Semanario Tiempo

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