Carlos Sáez, profesional asesor del CORE y alumno del Magister en Políticas Públicas y Gobernanza Territorial de la UCN, comenta el escenario local, convencido de que “tenemos una gran oportunidad para crear sistemas regionales de gestión de capital humano”.
Esta semana, el Premio Nacional de Ciencias Naturales, Nibaldo Inestrosa, afirmó en una entrevista que, descentralizar Chile “es un imperativo nacional si queremos desarrollarlo integralmente”, un imperativo que comparten distintos grupos, en el convencimiento de que las regiones cuentan con las capacidades para impulsar dicho proceso.
Así, por ejemplo, lo manifiesta Carlos Sáez, geógrafo de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, quien ha desarrollado diversos diplomados relacionados a políticas públicas y desarrollo regional, y actualmente se desempeña como profesional asesor en materias de Desarrollo Territorial, en el Consejo Regional de Coquimbo (CORE).
Con una larga trayectoria en el servicio público, actualmente cursa el Magister en Políticas Públicas y Gobernanza Territorial, impartido por el Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Católica del Norte, sede Coquimbo junto a la Facultad de Ciencias Jurídicas y la Escuela de Ciencias Empresariales.
En el marco del proceso de descentralización, comenta sobre las capacidades regionales, las que, para quienes defienden el centralismo, no son suficientes.
Frente a la importancia de una “masa crítica” para descentralizar el Estado, ¿existen las capacidades regionales para enfrentar el proceso de descentralización? ¿Cuáles son las principales fortalezas y debilidades regionales en esta materia?
En las regiones existen las capacidades individuales y colectivas para enfrentar un desafío tan relevante como es la descentralización, entendiendo que se trata de un proceso de mejora continua, donde tanto las personas como la institucionalidad deben incrementar sus capacidades para desarrollar las distintas competencias que deberán ser asumidas desde los distintos ministerios. Si bien es cierto, estamos frente a un escenario donde el centro inevitablemente tratará de prevalecer en la administración del poder, en las regiones existen personas capacitadas con experiencia y conocimiento, tanto técnico como político, muy involucrados y comprometidas con la región.
Evidentemente, en nuestra región de Coquimbo existen áreas en las cuales se debe mejorar. Desde el punto de vista territorial, es preciso equilibrar la entrega de recursos públicos y así disminuir las brechas existentes entre lo urbano y lo rural, y entre provincias. Es imperativa la equidad territorial que permita el fortalecimiento de las capacidades locales, y con esto propender a más y mejor masa crítica en nuestra región.
¿Qué oportunidades (y/o dificultades, desafíos) genera la descentralización para el desarrollo de capital humano avanzado en las regiones?
Las oportunidades son amplias en un contexto de creciente descentralización, en donde la existencia de capital humano avanzado marca la diferencia entre regiones con mayor o menor desarrollo.
En este sentido, nuestra región ha recorrido un camino interesante con instituciones de educación superior bastante activas en el territorio, como es el caso de esta universidad (UCN) y su Magister de Políticas Públicas y Gobernanza Territorial, que es un buen ejemplo de cómo generar capital humano en línea con los desafíos de descentralización.
Y tal como lo propuso en su momento el Consejo Asesor Presidencial, tenemos una gran oportunidad para crear sistemas regionales de gestión de capital humano para el desarrollo de las regiones, con el propósito de atraer y retener talentos, a través de incentivos regionales; formar capital humano con pertinencia regional; crear estímulos para la renovación y reconversión de capital humano de comunas y regiones. Eso sin duda nos dará un plus relevante camino a una región más desarrollada.
En el actual proceso de descentralización, ¿cuáles son los principales desafíos para la gobernanza y articulación de actores?
Debemos potenciar la articulación de actores, propiciando sinergias de la comunidad regional, en distintos niveles de relacionamiento (local – regional – nacional), potenciando la complementariedad entre servicios públicos, la apertura de espacios de diálogo con la ciudadanía, el trabajo conjunto con las universidades y el sector privado. En definitiva, la creación de espacios de diálogo transversales e interrelacionados.
Por otro lado, es muy necesaria la construcción de un sistema que gestione el conocimiento y una institucionalidad regional que considere las realidades territoriales de cada comuna, para no repetir el mismo modelo centralista al interior de nuestra región, y que así todo este espíritu descentralizador se enfoque de manera exitosa.
Texto: Cecilia Becker/IPP
Imagen: IPP
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