En su décima versión, el tema de jornada fue el aprendizaje profundo en el aula.
Por décimo año consecutivo, el Departamento de Teología, a través de su área de educación, abrió sus puertas al profesorado de la región, con el propósito de ofrecer un espacio de reflexión docente. En esta ocasión (10/6), la actividad tuvo como participantes mayoritariamente a docentes del Colegio Santa Marta de Coquimbo, establecimiento educativo con el cual el Departamento de Teología tiene un convenio. También se invitó a docentes en general, egresados, y estudiantes de la carrera de Pedagogía en Filosofía y Religión UCN y de pedagogía de otras universidades.
El tema de la sesión fue “Herramientas didácticas para la enseñanza del aprendizaje profundo en aula”, conforme a las demandas que está imponiendo la realidad en el ámbito educacional. Asi lo explicó la académica Dra. Marcela Adaros, encargada del área de educación del Departamento de Teología, señalando que a través de la revisión de esta didáctica se buscaba que los profesores asistentes pudiesen obtener una herramienta para usarla en la sala de clases en forma concreta. Ahondando en el tema, agregó que “en el aprendizaje profundo predomina la metacognición”, vale decir “darse cuenta de lo que están haciendo para aprender, va más allá del constructivismo, que es lo que más conocen. No solo implica que el estudiante construya su aprendizaje y conecte lo que sabe con lo que se le va a enseñar, sino que además tome conciencia de lo que está haciendo, que se vuelva cada vez más autónomo”. El contexto de la reforma, advirtió Marcela Adaros, siempre está pidiendo logros de aprendizaje, por ello calificó como muy pertinente la realización de este este tipo de actividades.
Aprendizaje superficial
Al igual que el año pasado, la principal expositora de la jornada fue la profesora María Cristina Zúñiga, con una amplia experiencia en el ambito escolar y universitario, quien destacó la necesidad existente en el ámbito educacional de adaptarse a los requerimientos de la sociedad, que son totalmente distintos a los de hace 20, 30 o 40 años. Estos cambios, indicó, “representan una problemática que debemos afrontar como país respecto a cómo estamos aprendiendo, cómo están aprendiendo nuestros estudiantes, cómo estamos estimulando en casa, porque también es un problema de la familia”. Dentro de eso, advirtió la experta, “podemos focalizarnos en que el alumno está aprendiendo de manera superficial. Cuando aprendemos de forma superficial no manejamos una información sino que la memorizamos. Entonces nuestro gran desafío es qué hacer, y dentro de este qué hacer no podemos copiar soluciones foráneas, tenemos que buscarla desde nuestra propia realidad. Esa es la propuesta que yo vengo a hacer. Para ellos tenemos que reflexionar en conjunto, abrirnos al cambio y este encuentro no va a cambiar la realidad, pero si puede aportar un granito para mirar de una manera distinta una posible solución en el futuro”.
Entre las asistentes a la jornada se contaba la religiosa Sor Yésica Olea, quien se incorporó este año como profesora de Religión en el colegio Santa Marta, de Coquimbo. Coincidiendo con sus colegas, reconoce la existencia de muchos cambios en el ámbito de la educación, lo que, dijo, obliga a conocer más para ir innovando, “especialmente en el área de religión, que a veces es el hermano más débil en educación. Se tiende a pensar que es solo rezar, dinámicas y otro tipo de actividades”. Sobre los cambios más importantes experimentados en su campo laboral en los últimos tiempos, opinó que consisten en “incluir y abarcar a todos en sus diferencias de aprendizaje. Ahora nos dirigimos a cada alumno según sus necesidades y eso requiere del profesor una innovación y estar constantemente aprendiendo de sus alumnos también”.
Por su parte, Claudia Araya, también docente del colegio Santa Marta, resaltó la necesidad de “afianzar actitudes y conductas dentro del ámbito docente para poder tener prácticas significativas en el aula”. Por lo mismo, destacó la respuesta de la UCN a esta demanda de perfeccionamiento, “de profundizar y mantener una actitud analítica frente a nuestro quehacer pedagógico”, calificando la jornada como una instancia significativa, “es lo que también significa hacer universidad”, comentó.
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