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Consumo de drogas y alcohol en la población universitaria

Fecha: 29 noviembre, 2010

Consumo de drogas y alcohol en la población universitaria

 Médico Psiquiatra UCN, analiza creciente problemática juvenil del consumo de alcohol y drogas.

 

La comunidad  universitaria  integrada  por una pluralidad  de personas, provenientes  de  diversas  zonas  de nuestro país, con intereses  tan diversos,  como lo  es nuestra universidad,  está inmersa  en la  sociedad  global.

En esta  situación  de  aldea  global, hace posible acceder  al  conocimiento  y la verdad,  como también  nos  hace parte de todas las  situaciones  que  vive  nuestra  aldea  global. Es  entonces  que  la  conducta  de  consumo  de  drogas psicoactiva  PBC, cocaína, marihuana, alcohol y  otras,  es propio  del  acontecer de toda  comunidad humana.

Está  instaurada  como una  conducta, así pues  que  convivimos  con ella, sin embargo,  como  comunidad  debemos  hacernos  cargo  de  esta  conducta, ya  sea  consumidor activo  o pasivo, terapeuta, espectador o crítico.

Estamos  inmersos  en la  realidad  global y  nacional, las  cifras de los  estudios  CONACE  2009 en población escolar, nos indican que la  prevalencia del consumo de pasta base es de 2,6%, cocaína en 3,4%, otras  drogas como  éxtasis 1,7 % inhalables 3,0 %estimulantes 1,8% alucinógenos 1,4  crack% 1,6 heroína 1,4 %  y, en el  caso  de  alcohol  muy  superior.

Estas  cifras  extractadas  de los  estudios nacionales, nos  muestran un panorama, que  preocupa  y  debe  propender  a  activar  una  respuesta  no indiferente, pues  el problema  del  consumo no  sucede  en la  casa  del  vecino, acontece en nuestra  casa  también.

La  asociación  con accidentes  y  violencias  es  propio  de una  conducta  de  consumo,  según lo indica  el  mismo  CONACE, se  explica desde la  psiquiatría  pues si  las  funciones  psíquicas  se  alteran y  asimismo  las  acciones  que  derivan  de ese  estado  alterado  de  conciencia, la  reflexión  del  acto  esta  disminuida, se  desinhibe  el impulso  agresivo, menor  respuesta  a  estímulos y  alteración  de las  percepciones  sensoriales psíquicas.

Los  esfuerzos  del personal  de  salud, autoridades, profesores, organizaciones  estudiantiles y  los  propios  alumnos, son fructíferas  en cuanto  acordadas  y  coordinadas .
Es  necesario  no  escandalizar, pues  es  una  conducta humana que se  debe  abordar, en cuanto limita  nuestra libertad, el pensar  crítico y  hacer  el  bien.

Los  acontecimientos lamentables  que  pueden afectar  a  nuestra  comunidad, son un signo  del  la  realidad  en que  estamos inmersos, asumir   que el  consumo  de  drogas llegó para  quedarse, es una  tarea a  desarrollar  en el  colectivo. Desde  ahí las  acciones  de  prevención, el  retraso  de inicio  de  conductas  adictivas, incentivar  un desarrollo integral, tratar al que  busca  ayuda para  salir  del problema  del  consumo  de  drogas,  así  como incentivar  la  participación en su  propia  salud  física y mental, son estrategias  de  cambio, en la  cuales estamos trabajando  ya  por  décadas  muchos  profesionales  de la  salud,  de las  ciencias  sociales  y  humanas, integrando equipos  de  prevención y tratamiento, con resultados  en ocasiones  escuetos, otras  veces  mejores, en que  el  centro  es  la  decisión  de la persona de  diversa  edad  y  genero, luego persistir  en la  decisión, aceptar  sus  limitaciones, asumir  su  verdad  y construir un proyecto  de  vida  sin droga.

Como  colorario  nos  debiera desafiar  como  comunidad  universitaria   a   participar en formación  un profesional integral , inscribe el  desarrollo  de  competencias para  la  vida, es  aquí  que los  curriculum  deben potenciar  el  logro  de competencias propias  de la  disciplina  del  conocimiento  cuidando el desarrollo humano.
Un profesional  hecho  en el norte  de  Chile, para  la  profesión y  la  vida  en la  comunidad, que  cuide  su  salud  y  la  de los otros, capaz  de pensar libre sin la  atadura  de la  droga, dueño  de  su  destino, lejos  de la hipoteca  de una vida  de  consumo  y  dependencia, capaz  de  sentir  el palpitar  de  cada  día, es una  anhelo  a  cumplir, un desafío  a  realizar y una  esperanza a  soñar. 

Dr.  Hector  Carrasco  Correa
Medico Psiquiatra
Equipo de la  comunidad  terapéutica  Casa  de la Esperanza

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