Isidro Morales Castillo
Académico UCN
Entre los oficios extinguidos o en vías de serlo está el de “canillita” o voceador de diarios, que recorría las calles informando, a viva voz, las noticias relevantes que traía la edición del periódico que promocionaba.
Esta manifestación de la comunicación cotidiana tuvo en Taltal un representante que diversificó el rubro, desplazándose de esquina en esquina con una corneta y un vozarrón, tal vez hasta superior al que tiene el mediatizado vagabundo norteamericano de “la voz de oro”.
“Hoy, en la Asamblea Radical, aquí frente a la plaza, el senador por las provincias de Antofagasta y Tarapacá don Juan de Dios Carmona hablará….y se invita a todos escucharlo”, decía para luego recordar que “Robin Hood” se estrenaba en el teatro Alhambra.
Así recorría el centro taltalino, pero llegaba el momento en que después de cuatro cuadras, la gente que lo escuchaba con atención, ya no lo sentía. La sed lo obligaba a ingresar al primer local para saciarla con un vaso de vino tinto; luego seguía voceando hasta llegar a la próxima botillería. Por supuesto no alcanzaba las calles del cerro. En su estado, “no sabía ni de la corneta”, aseguran los viejos taltalinos.
Los quioscos y puestos de venta, que además ofrecen confites, cigarrillos y otros productos de consumo masivos y las versiones online de diarios y revistas, dejaron obsoleto el oficio del “canillita” de ayer, uno de los personajes de la vida cotidiana en las ciudades nortinas.
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