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Los carteles publicitarios

Fecha: 6 mayo, 2011

Los carteles publicitarios

Gino Pérez Lancellotti
Arquitecto Urbanista
Universidad Católica del Norte

 

Ya en la década de los 90, apareció con fuerza el primer cartel publicitario de una conocida marca de bebida colgando de la cornisa de la torre más alta ubicada en el sector sur de la ciudad. Desde entonces a la fecha, el gran cartel publicitario ha irrumpido en diversos sectores de la ciudad, con buena visibilidad, no sólo en las azoteas de muchos edificios en la costanera por ejemplo, sino en sitios eriazos, antejardines de casas en las principales avenidas, produciendo sin duda una contaminación visual que deteriora la imagen de la ciudad.      

Si bien, los que se benefician directamente son los propietarios de los edificios o terrenos que arriendan o acuerdan mejoras y mantenimiento de los mismos, se observa a simple vista un cierto descontrol, que puede llevarnos, exagerando un poco a lo mostrado en la película futurista Brazil, donde los carteles publicitarios reemplazan las fachadas de las construcciones hacia la calle. De igual modo, en algunos edificios con valor patrimonial en pleno centro, se observa cómo los carteles publicitarios prácticamente tapan la fachada completa sin ninguna consideración de sentido común, ni por supuesto estética.     

Una posible solución es, generar ordenanzas y reglamentos municipales que sean capaces de ordenar dentro de una planificación sustentable este tipo de publicidad, sin negarse a la posibilidad de que se sigan implementando pero con criterios estéticos y de priorización mínimos. En tal sentido, tenemos buenos ejemplos como el asumido por el Municipio de ciudad de México, una de las más contaminadas del mundo con este tipo de elementos, o la propuesta realizada por los rectores de las universidades de Valdivia para generar normativas y ordenanzas dirigidas al  embellecimiento del espacio público, para paliar la contaminación visual producida por carteles publicitarios.
      

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