Isidro Morales Castillo
PeriodistaLa situación vivida hace algunos meses por la comunidad magallánica una vez más dejó en evidencia la permanente disputa entre el centralismo y el regionalismo, que abarca prácticamente todos los ámbitos del quehacer nacional.
En 1923, los nortinos se movilizaron en contra de la Sociedad Nacional de Agricultura que se oponía a la construcción del Ferrocarril de Antofagasta a Salta. Masivas concentraciones en las distintas localidades notificaron a los agricultores sureños que se defendería a ultranza la iniciativa que buscaba traer alimentos de buena calidad, y a un costo menor desde el país trasandino.
El 18 junio la prensa local informaba de la actividad cumplida la noche anterior en el centro de Antofagasta. Decía que “todas las sociedades de empleados y obreros acudieron al meeting llevando estandartes, banderolas y faroles de colores. Una verdadera romería a la plaza Colón”. Los manifestantes se estimaron en 10 mil. También fueron masivas las reuniones públicas efectuadas con el mismo fin en Tocopilla, Taltal, Mejillones y Calama, que obedecieron en común a los siguientes objetivos: Rechazo a la acción de la SNA; acudir a los congresistas; precisar que el Norte no estaba dispuesto a seguir constituyendo una exclusiva factoría de la agricultura del centro del país, para lo cual se pidió con urgencia abrir las puertas del mercado productor de Salta para establecer “la beneficiosa competencia que hará posible la vida en estas regiones”, porque la agricultura chilena no corría peligro.
Los rieles chilenos y argentinos del Ferrocarril a Salta se unieron en la mañana del 20 de febrero de 1948, culminando el antiguo proyecto para enlazar ambas ciudades.
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