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Voluntarios UCN relatan experiencia vivida en el norte del país

Fecha: 10 abril, 2015

Voluntarios UCN relatan experiencia vivida en el norte del país

Por casi una semana, más de 70 alumnos de la sede Coquimbo colaboraron con las labores de emergencia realizadas en la Región de Atacama.

Con la alegría de la labor cumplida y de convertirse en un pequeño aporte para las familias que resultaron afectadas tras el paso de un sistema frontal que azotó la zona norte del país, regresaron a Coquimbo los cerca de 70 voluntarios UCN que durante una semana prestaron apoyo en la Región de Atacama.
Despeje de camino, remoción de escombros y apoyo en la atención de pacientes fueron algunas de las labores que los jóvenes realizaron en la zona, todos motivados por la necesidad de ayudar a quienes lo perdieron todo.
Sin duda, fueron días intensos, duros y desoladores, pero como muchos han señalado, las ganas de la comunidad por salir adelante y sobreponerse a la catástrofe siempre han sido más fuertes.
Esteban Carmona, alumno de la carrera de Medicina UCN, formó parte de la primera cuadrilla de voluntarios que la madrugada del lunes 30 de marzo partió hacia Tierra Amarrilla con la misión de colaborar en las labores de emergencia y, sobre todo, de llevar esperanza a los afectados.
“El impacto al llegar es fuerte, la realidad es muy desoladora y de mucha tristeza pero la energía de las personas por intentar salir adelante es inmensa”, relató el joven estudiante y agrega que “en muchos casos lo único que querían era reconstruir sus casas y en otros, hacer, por lo menos, habitable su hogar porque muchas personas estaban sin albergue”.
Uno de los principales riesgos a los que se enfrentan los voluntarios es el contagio de enfermedades como la hepatitis o el tétanos, por ello, las medidas de seguridad son fundamentales. “Durante la semana principalmente removimos barro, que estaba mezclado con relave y con aguas servidas, por lo que teníamos que estar bien preparados y protegidos para evitar contagio de algunas enfermedades, por ello debimos ir vacunados y llevar implementos como mascarillas y botas”, explicó Carmona.
Para el estudiante de Medicina haber sido parte de esta iniciativa no tiene precio, “esta experiencia nos ayuda a salir de la realidad que vivimos como universidad y nos permite encontrarnos con otras realidades sociales mucho más fuertes. El Chile embarrado, el Chile damnificado ese es el Chile de las grandes mayorías y a ese fue al que fuimos a ayudar. Los estudiantes debemos estar dispuestos a ayudar en todas las circunstancias”, sostuvo.
Indudablemente es una experiencia que marcará su vida y que de una u otra forma cambia su manera de enfrentar al mundo. “Lo que nunca olvidaré son las ganas de la gente de salir adelante a pesar de lo desolador del panorama, ellos tienen muchas ganas de levantarse. Me marcó mucho la unidad que se generó entre las comunidades afectadas y los grupos de voluntarios que llegaban a la zona de emergencia para tratar de colaborar en algo, aunque fuese mínimo”.
AYUDA EN LOS CESFAM
Ezia Ravazzano, también alumna de la carrera de Medicina UCN, formó parte del segundo grupo de alumnos de la Universidad Católica del Norte que viajaron, en este caso, hasta Copiapó para colaborar con los cinco Centros de Salud Familiar que se encuentran operativos en la ciudad.
Recuerda que “en un principio fue fuerte llegar y ver que todos andan con mascarillas, es otro mundo. Acá no se sabe mucho lo que está pasando, hay personas que no tienen nada, caminan por el lodo sin vacunarse con el riesgo que eso significa”.
Aún conmovida por lo vivido en la ciudad de Copiapó y sus alrededores, la joven señaló que “el poco acceso que había para llegar al lugar y que las personas estuvieran aún en sus casas esperando alguna ayuda es algo que creo que no podré olvidar. Lo más chocante era ver a la personas sacando de su propia casa el lodo”.
Para Ezia esta experiencia, sin duda, aportó a su crecimiento personal. “Si bien aportamos en la parte médica, cuando vimos que ya no podíamos ayudar más en los Cesfam nos fuimos a Paipote a tirar pala, nadie se quejó y todos fuimos súper aperrados. Siento que ahí fuimos también un gran aporte para la comunidad”.
“Vivir esto es algo fuerte pero a la vez súper gratificante porque la gente agradecía un montón que los ayudáramos a sacar barro de sus casas o que les entregáramos medicamentos, aunque realidad fue súper poquito lo que hicimos en comparación con las necesidades que tiene la población. Aún queda mucho por hacer”.

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