Alejandro Cerda Sanhueza, Director Departamento de Teología de Coquimbo
Por estas fechas se conmemoró el día mundial de la bicicleta (Declarado por las Naciones Unidas para el 3 de junio), y para un ciclista urbano de uso diario, no es un evento menor. Para muchos la bicicleta es más que un medio de entretención de fines de semana para hacer rutas largas o sortear cerros y caminos agrestes. Para muchos es un medio de transporte diario, y para los que viven entre 5 a 8 kilómetros de su trabajo, sin duda el mejor, más cuando tienes casi pura planicie que recorrer. Nuestra región tiene esas posibilidades en un gran porcentaje, y si no, hay que pensar en formas de mejorar las subidas y los acercamientos de algunos sectores.
También la bicicleta se constituye para muchos en un auténtico estilo de vida, se desarrolla toda una filosofía del autocuidado, de la contemplación y conexión con el entorno, las temperaturas ambientales se perciben de forma distintas, los ruidos y olores de las calles son parte de la conexión que se experimenta. El desplazarse en bicicleta abre a un ritmo humano de traslado que permite estar atento al entorno, el poder a su vez pensar y sentir el día que se inicia o concluye.
La bicicleta es sin duda, una de las maravillas más grandes del mundo, silenciosa y discreta ha llegado para quedarse, y para hacer de este mundo urbano uno mejor.
No es este el espacio para reclamar lo que falta por hacer, y que encima de una bicicleta, va una persona que quiere llegar seguro a su destino, no sentirse presionado y menos humillado o agredido por un automovilista, que no hay donde estacionarlas cuando uno quiere ir al centro hacer tramites, y muchos otros etc…
Mejor que eso, y para los que ya están en esta forma de habitar y desplazarse, para los indecisos/as, una buena recomendación para leer y disfrutar es el libro, Dos Ruedas Bueno. La historia y los misterios de la bicicleta, de Jody Rosen (2022). Gran parte de la historia de la humanidad reciente, esta atravesada por este silencioso aparato, que sólo tiene dos ruedas, una estructura básica y una cadena que libera de tantas ataduras e instala un equilibrio entre tantos ritmos acelerados en que se vive, quizás uno de sus misterios mejor escondidos es que la bicicleta proporciona la sensación de flotar o fluir por caminos siempre en construcción. Sin dudas dos ruedas mejor que cuatro.
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