El gran error del proyecto de reforma a la educación superior presentado esta semana por el Gobierno, es que identifica lo público exclusivamente con lo estatal.
Esta perspectiva borra de un plumazo la rica historia y el significativo aporte de instituciones de gran tradición como son las Universidades Públicas No Estatales del CRUCh, agrupadas en la Red G9, entre las que se cuenta la Universidad Católica del Norte.
La UCN acaba de cumplir 60 años y desde sus inicios ha sido, desde el punto de vista legal, una Corporación de Derecho Público que se caracteriza por un funcionamiento sin fines de lucro en beneficio del norte de Chile y de sus comunidades, con más de 30 mil titulados a la fecha.
Cuesta entender por qué en el proyecto de ley se pretende desconocer esto, así como el tremendo aporte realizado al país. Salvaguardamos y promovemos el acervo cultural, nuestra investigación se orienta a solucionar los problemas y mejorar la calidad de vida de los habitantes de las comunidades del norte, y somos una universidad inclusiva, que por definición busca mejorar la movilidad social, estos dos últimos aspectos explicitados incluso en nuestra Misión.
Inclusiva, porque a través de distintos programas y desde la enseñanza básica, preparamos y facilitamos el ingreso a la educación superior de numerosos jóvenes provenientes de establecimientos vulnerables. Y cuando ingresan a la UCN los seguimos apoyando, a fin de nivelar sus conocimientos con los de aquellos estudiantes procedentes de colegios de mayor calidad.
El desconocimiento del aporte de las instituciones del G9 queda de manifiesto en la intención de quitarles a mediano plazo los aportes basales, bajo el argumento de fortalecer a los planteles estatales.
Esta medida, de concretarse, no solo es discriminatoria entre universidades que cumplen la misma función, sino que atenta contra otro de los supuestos pilares de la reforma: la calidad. Tal como fue presentado el proyecto, lo que se está proponiendo es alentar la competencia entre las instituciones según su origen, cuando el camino correcto es el de la colaboración.
Complementar las capacidades de las distintas universidades del sistema público de educación superior en beneficio de la sociedad chilena, es un camino mucho más adecuado y eficiente que pretender mejorar a algunas universidades, perjudicando y desconociendo el aporte de otras.
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