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Una nueva oportunidad…

Fecha: 4 mayo, 2023

Ignacio Ducasse Medina

Una nueva oportunidad…

Ignacio Ducasse Medina
Arzobispo de Antofagasta y Gran Canciller UCN

Este domingo 7 de mayo hemos sido convocados nuevamente a dar a conocer nuestra opinión sobre el futuro del país. Para algunas personas el volver a las urnas por sexta vez en tres años puede parecer una pérdida de tiempo. Pero no podemos olvidar que los procesos históricos y sociales que permiten construir una nación no se pueden alcanzar de improviso o simplemente forzar. La anterior experiencia de camino constitucional es prueba de ello, pues si bien un sector logró una gran mayoría para proponer sus ideas, la ciudadanía no se sintió representada por la propuesta que esas personas le presentaron al país.

Ahora tenemos otra oportunidad para escoger a quienes nos deberán entregar un nuevo proyecto de carta fundamental. Que lo vivido los últimos años nos permita discernir mejor quiénes pueden ayudarnos a proponer una Constitución en la que cada ciudadano se pueda sentir identificado. Como señalábamos los obispos católicos hace unos meses, es importante que el debate que se dé en estos días no sea sólo por un texto y las mejores normas, sino por cómo seguimos buscando un desarrollo cada vez más humano e integral para todos, pues “el bien, como también el amor, la justicia y la solidaridad, no se alcanzan de una vez para siempre; han de ser conquistados cada día”.

En un contexto de tanta inseguridad y violencia como el actual, se hace más necesario que los caminos para conseguir la paz los construyamos entre todos, con decisión y unidad. Por eso, la obligatoriedad del voto no puede ser la única motivación para ir a votar. Sería lamentable asistir a las urnas sin siquiera averiguar qué personas representan una idea de país similar a la que yo pueda tener, para confiarle mi preferencia. Aunque legítimo, tampoco parece constructivo el hacer votos de castigo hacia uno u otro sector político, sin asumir que de mi elección puede depender el futuro no sólo propio, sino de quienes amamos. Por eso, el llamado es a participar consciente y activamente en este camino que nuevamente nos hace situarnos ante nuestro futuro, con el desafío de discernir qué personas nos pueden ayudar a crear un nuevo marco social y jurídico adecuado para edificar la paz, la solidaridad y la justicia en nuestra patria; asegurando el funcionamiento institucional que lo haga posible y permita encauzar las demandas más sentidas de la ciudadanía, especialmente para los más vulnerables.

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