Actividad es organizada por la Corporación Museo del Salitre Chacabuco, UCN y UA.
Una oportunidad única para conocer y reflexionar sobre la importancia y legado de uno de los lugares históricos más importantes y emblemáticos del Norte de Chile, abrirá a la comunidad el conversatorio “Conmemoración de los 100 años de la Ex Oficina Chacabuco”, que tendrá lugar en el auditorio de la Biblioteca Regional de Antofagasta.
La actividad, que tendrá lugar el viernes 5 de julio, a partir de las 11:00 horas, es organizada en conjunto por la Corporación Museo del Salitre Chacabuco y la Universidad Católica del Norte (UCN) y la Universidad de Antofagasta (UA).
El encuentro incluirá a panelistas de primer nivel, quienes, desde diversas miradas, abordarán distintos aspectos de un sitio de profundo significado histórico como eje de desarrollo industrial y minero de la zona, y que también fue usado como centro de detención política.
Participarán el doctor en Historia y académico de la UCN, José Antonio González; y el director del Centro de Estudios para la Descentralización de la UA y presidente de la Corporación Chacabuco, Jorge Molina.
“Chacabuco es un ícono de la identidad regional, tanto por la experiencia que deja su fracaso tecnológico al utilizar el sistema de extracción Shanks el cual después fue reemplazado por el sistema Guggenheim, dejando más de seis mil personas desocupadas. Asimismo, por su triste historia de infracción a los Derechos Humanos al ser usado como cárcel para detenidos y presos políticos”, destacó Jorge Molina.
HISTORIA
Situada a más de 90 kilómetros al noreste de Antofagasta, la Oficina Salitrera Chacabuco comenzó su existencia en 1924 tras dos años de construcción sobre los restos de la desaparecida Oficina Salitrera Lastenia.
Su desarrollo estuvo a a cargo de la Anglo Nitrate Company Limited, empresa que construyó un amplio sector industrial, comenzando su producción mediante el sistema de extracción Shanks.
El complejo, que en sus inicios contaba con una superficie de 36 hectáreas, incluía diversas edificaciones industriales, bodegas, estanques, casa de máquinas, centros de acopio, maestranza y numerosas maquinarias destinadas al procesamiento de miles de toneladas de caliche.
A lo anterior se agregaba un campamento capaz de albergar a más de cinco mil personas, entre trabajadores y sus familias. Este recinto incluía escuela, pulpería, hospital, plaza, hotel, mercado, gimnasio, piscina y un emblemático teatro cuyo edificio se emplaza imponente en el lugar, entre otras instalaciones orientadas a facilitar la vida de quienes habitaban el lugar.
La baja de la demanda de salitre en el mundo, sumado a la Gran Depresión de 1929, contribuyeron a disminuir la producción del complejo, hasta finalizar completamente sus operaciones en 1940.
Los restos de la oficina fueron vendidos en 1968 a la Sociedad Química y Minera de Chile (Soquimich). En 1971 el campamento fue declarado Monumento Nacional. No obstante, entre 1973 y 1975, las viejas instalaciones fueron utilizadas como campo de detención y prisión política.
En 1992, con apoyo financiero del gobierno alemán, a través del Goethe Institute y de distintas entidades chilenas, se realizó la restauración del teatro. En tanto, desde 2005 el inmueble se encuentra entregado en concesión a la Corporación Museo del Salitre Chacabuco.
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