Potenciar la formación inicial docente de los estudiantes que ingresan a estudiar pedagogías así como generar investigación en contexto educativo son algunas de las tareas asumidas.
Contribuir a la formación de profesionales de la educación en la macro zona norte, que sean agentes de cambios sociales y culturales a nivel de los establecimientos educacionales del país, es uno de los principales desafíos que se ha propuesto la Universidad Católica del Norte por la vía de la formación docente.
Y es que dado los importantes cambios en la política educativa, así como el surgimiento de nuevos desafíos para la educación como la diversidad, la inclusión y la multiculturalidad, se ha vuelto prioritario el repensar nuevas estrategias metodológicas y didácticas para que los futuros docentes puedan garantizar calidad en los procesos formativos.
Frente a este panorama, la Universidad Católica del Norte ha querido asumir protagonismo en el contexto regional, potenciando el área de educación al interior del Departamento de Teología sede Coquimbo, la que se encuentra trabajando mancomunadamente para aportar nuevas perspectivas respecto de cómo mirar la investigación en educación aplicada al contexto local. Todo con el objetivo de generar mejoras en los procesos formativos de los futuros docentes.
“Hay una intención clara por parte de nuestra institución de sostener un discurso educativo que sea coherente con las prácticas educativas que llevamos adelante, en nuestro caso al interior de la pedagogía en Filosofía y Religión, tal que los profesionales que egresan de nuestra carrera sean capaces de vincularse con la comunidad educativa y trabajar en distintos frentes que van desde la gestión educativa hasta el liderazgo al interior del aula”, explicó Rodrigo Castillo, académico y Mg. en Estudios Culturales, del Departamento de Teología e integrante del área de educación.
En la misma orientación, esta vez centrados en las modificaciones propuestas por la Ley 20.903, respecto de la formación inicial docente; Pabla Rivera, Dra. en Educación y académica del Departamento de Teología, añadió que como formadores de nuevos profesionales de la educación, tenemos el desafío y la responsabilidad de entregarles las herramientas necesarias para desenvolverse en los nuevos contextos educativos.
“Hemos sido formados y hemos trabajado durante muchos años con un modelo más bien homogeneizador y en este minuto el desafío es poder hacernos cargo de la diversidad. Si queremos que nuestros futuros profesores sean un aporte en la transformación del modelo educativo dentro de las escuelas, no podemos seguir formándolos bajo un antiguo paradigma sabiendo que tanto la comunidad educativa, como los estudiantes y el propio sistema escolar han cambiado significativamente”, sostuvo Rivera.
En la misma línea, Rodrigo Castillo agregó que la Universidad Católica del Norte ha avalado numerosas iniciativas en pro de la mejora de la formación inicial docente; entre ellas, la generación de programas de vinculación temprana con el sistema escolar, así como también “nos está apoyando en todas las iniciativas que tienen que ver con la formación continua de los profesores que salen de esta Universidad, junto con sumar profesionales del área de educación a los equipos de trabajo. Por otra parte, la institución está respaldando la relación formal que tenemos con el sistema escolar, tal que podamos tener una mirada común con los establecimientos respecto de las problemáticas y necesidades que ellos presentan. Desde ahí nace una relación de colaboración muy significativa que nos beneficia a ambos. Esto va cimentando el camino hacia una investigación en educación pertinente a las problemáticas del contexto regional y no de espaldas a ellos.”
Por su parte, Paulina Veas, Dra. En Educación y también académica integrante del área de educación, hizo énfasis en la importancia que tiene para la universidad lograr adaptarse a estos cambios no sólo en el vínculo con el sistema escolar, sino de manera interna en la formación de los estudiantes que ingresan a estudiar pedagogía.
“Hoy la Universidad tiene el desafío de implementar nuevas prácticas pedagógicas, que respondan a los intereses, características y necesidades de los jóvenes que se integran a nuestras aulas; son estudiantes con talentos y múltiples habilidades que favorecidos por la mediación y acompañamiento desarrollan aprendizajes de calidad en un contexto de diversidad.
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