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“Me desafía trabajar en el norte para aportar a la educación regional”

Fecha: 26 septiembre, 2022

“Me desafía trabajar en el norte para aportar a la educación regional”

– Patricia Castillo Ladino, directora de la Escuela de Educación de la UCN.

Dejó atrás su querido y verde Temuco natal para cumplir un sueño que la llevó al otro extremo del país, aportando con sus conocimientos y trabajo al desarrollo de la educación en la región de Antofagasta. Amante de la vida y con una fuerte vocación social, la Dra. Patricia Castillo Ladino, actual directora de la Escuela de Educación de la Universidad Católica del Norte (UCN), enfatiza en la importancia de la formación de profesores y profesoras como agentes de cambio, y en la pedagogía como factor clave en el desarrollo comunitario.

Formada como docente en la Universidad de la Frontera, y con un doctorado en Innovación Educativa e Intervención Psicopedagógica por la Universidad de Deusto (España), la destacada profesional nos comparte aspectos de su persona, de su visión de mundo, y sobre cómo proyecta el desarrollo de la unidad que dirige.

¿Qué es lo que más recuerda y le gustaba de su vida en Temuco?

De la región de la Araucanía, recuerdo mi familia cariñosa, esforzada, con visión de futuro, respetuosa y apoyadora de las decisiones personales, siempre incondicional. Recuerdo los juegos de la infancia, los amigos y los ideales que me movilizaban en mi juventud; mis inicios en la docencia, siempre marcados por un importante compromiso social, volcada hacia la comunidad.

Del mismo modo, del sur recuerdo con mucha fuerza, el cariño de su gente, el aroma de la vegetación después de la lluvia, las tortillas humeantes recién sacadas del rescoldo con olor a humo, que se funden en una mezcla perfecta, al unirse a un huevo frito de gallina mapuche, sumado a un buen mate al calor de la hoguera… del sur recuerdo el frío que te hace doler hasta los huesos, recuerdo la lluvia intensa e infinita que pellizca las mejillas y que rebota desde la tierra saturada. Recuerdo la cordillera generosa colmada de añosas araucarias, nobles coigues e imponentes raulíes, recuerdo sus lagos serpenteantes, discretos, no fáciles de descubrir y, por cierto, como no mencionar, los largos recorridos de verano que al paso del descanso veían su recompensa en una rica cazuela con sopaipillas y mote con huesillos.

En los momentos de relajo, ¿cuáles son sus gustos y actividades a las que dedica en el tiempo libre?

Soy una persona que disfruta de las cosas simple de la vida y del lugar en donde me encuentro. Me gusta conversar con la gente, conocer mi entorno, la cultura. También disfruto de la música y el paisaje. En mi tiempo libre hago natación, camino, ando en bicicleta, leo, hago manualidades, entre otras cosas.

 Ahora vive en Antofagasta, ¿qué es lo que más le agrada del Norte?

Del norte, me seduce el mar con su costa infinita, el sentir de la arena tibia en los pies, tras sumergirse en las heladas aguas del pacífico en invierno, mágica simbiosis que solo algunos que otros valientes con voluntad se atreven a explorar. Del mismo modo, me maravillan los colores del desierto. Nunca imagine tanta diversidad de colores en un mismo paisaje, dependiendo de la luminosidad del momento, y por sobretodo, me gusta el clima, que invita permanentemente a un reconfortante paseo diario por la costa, para contemplar el ocaso en su infinita variedad de matices.

 ¿Quiénes integran su familia?

Mi familia es del sur, actualmente mis padres y hermana residen en la ciudad de Temuco, provengo de una familia pequeña. En Antofagasta mi núcleo familiar está compuesto por mi hijo Aitor de 11 años y yo. Creo que ambos somos una gran dupla, cómplices, apoyadores, guerreros, amorosos, sensibles, y gentiles.

 ¿Qué la motivó a estudiar pedagogía?

Mi motivación por estudiar pedagogía proviene de mi familia. Vengo de una familia de profesores, por tanto, no fue una decisión difícil, a pesar de que también tuve motivaciones por el mundo del derecho y del periodismo. En este orden de ideas, creo que una figura inspiradora ha sido mi madre, ella fue una profesora rural, que durante mucho tiempo trabajo en la escuela de Quintrilpe, reducción mapuche de la comuna de Vilcún, en la región de la Araucanía. Vi en ella desde muy pequeña esa entrega incondicional por la labor docente, su convicción de que la educación moviliza al ser humano y lo hace mejor persona, permitiéndoles un desarrollo integral de todas sus capacidades y potencialidades.

¿Cómo recuerda su ingreso a la UCN, sus inicios en la Escuela de Educación y los hitos de su carrera en la unidad?

Me incorporé como profesional a la Universidad Católica del Norte en el año 2013, donde lideré procesos de innovación curricular en el marco de la implementación del modelo de formación por competencias en la institución, desempeñándome como Jefa de Innovación Curricular en el Centro de Innovación Metodológica y Tecnológica CIMET, unidad en la cual permanecí por un periodo de dos años.

Posteriormente, en noviembre de 2015, luego de obtener el grado de doctora en Innovación Educativa e Intervención Psicopedagógica por la Universidad de Deusto, me integré como académica a la Escuela de Educación. En marzo de 2016, asumí la dirección de la Escuela. El foco principal de la gestión en ese primer periodo fue avanzar en mantener cohesionada la unidad y cumplir con las acciones asociadas a la misión de la Escuela, implementación y acreditación de la carrera de Pedagogía en Educación Básica con Especialización y consolidar la formación pedagógica en la institución, entre otros. El principal hito de la unidad, durante ese periodo fue la acreditación de la carrera de PEBE, por la CNA por un periodo de 5 años, siendo así la primera carrera de la macro zona norte con más años de acreditación y una de las carreras (junto con Medicina y Pedagogía en Filosofía y Religión) con la más alta acreditación institucional en el marco de las nuevas exigencias de aseguramiento de la calidad para la educación en Chile de acuerdo con la ley 20.129 y la 20.903 en relación con la formación de profesores. Asimismo, hubo un avance significativo en la generación de instancias formativas para el profesorado de la región, lo que fortaleció la vinculación de la unidad con el sistema escolar y el Ministerio de Educación, traducido en la obtención y adjudicación de importantes proyectos que permitieron un crecimiento en todas las dimensiones de nuestra labor institucional.

Durante mi segundo periodo de gestión, como directora de la Escuela de Educación, desde 2021 a la fecha, el principal objetivo es avanzar hacia la complejización de la unidad, en las áreas de docencia, investigación, vinculación y gestión. Ello con la finalidad de fortalecer la formación inicial docente y ser un referente en la zona norte del país, tal como lo fue nuestra Universidad en sus orígenes, que nace con las pedagogías para el norte y con el norte de Chile.

Para avanzar en estas metas, actualmente los desafíos están orientados a la atracción y contratación de masa crítica, principalmente doctores, creación de nuevas carreras de pedagogías y programas de prosecución de estudios, ampliar la oferta de cursos y programas de formación continua, avanzar en investigación y adjudicación de proyectos con fondos externos. En el ámbito de la vinculación, generar relación de sinergia, con la comunidad, sobre la base del principio de la responsabilidad social, y finalmente en el ámbito de la gestión, generar mecanismos que nos permitan avanzar hacia la excelencia, a través de una gestión participativa, democrática y eficaz, centrada en las personas. Dichos desafíos resultan urgentes en nuestro territorio debido a la gran necesidad de profesores y profesoras que actualmente requiere el sistema escolar de Antofagasta, el cual se proyecta crítico para los próximos años.

¿Cuál es el sello distintivo que caracteriza a la Escuela de Educación?

La formación de excelencia, con responsabilidad social y comprometida con las necesidades del territorio, resguardando tanto el cumplimiento de los lineamientos institucionales, como los de la política pública, en torno a los actuales procesos de formación del profesorado en el país. Actualmente, en el marco de los objetivos de la Escuela, hemos ampliado los espacios de prácticas pedagógicas a contextos educativos de ruralidad, principalmente zona andina, además de contextos no formales, como lo son el aula hospitalaria y programas de inserción escolar reforzamiento en campamentos en la región de Antofagasta. Experiencias pedagógicas que sin duda contribuyen a la formación de profesionales con responsabilidad social, empáticos y conscientes del contexto territorial en el que se desempeñan.

 ¿Cuáles son los ejes de su gestión como directora?

Avanzar en el fortalecimiento de la formación inicial docente de acuerdo con las diferentes necesidades y desafíos de los contextos educativos territoriales, desde una perspectiva local, y fundamentalmente sobre la base del respeto a la dignidad de las personas.

Dentro de mi actual gestión como directora de Escuela, promuevo la generación de espacios democráticos de discusión académica para pensar la formación de profesores y profesoras para los próximos 20 años, con sentido de realidad, pertinentes y sustentables, donde se da apertura al planteamiento de nuevas ideas, a la creatividad y al respeto por las diferencias, todo ello con una mirada puesta en los objetivos estratégicos institucionales y en cómo estos se desarrollan y/o abordan en la diferentes acciones, y desafíos que surgen y suceden dentro de la Escuela de Educación.

¿Cuáles son los principales proyectos y desafíos que está implementando la Escuela de Educación?

El principal objetivo es la formación de profesores inicial y a lo largo de la vida, para el norte, mantener los estándares de calidad por los que nos reconocen en la Macro Zona Norte. Todo esto traducido en el diseño e implementación de nuevos programas de pedagogía, el posicionamiento de nuestro Magíster en Educación UCN, el desarrollo de nuestro Centro de Investigación Interdisciplinaria en Educación, diplomados en didáctica, entre otros.

En un mundo complejo, ¿cómo visualiza el aporte de la Escuela en temas contingentes que afectan a la comunidad, en especial en el ámbito de la educación?

La Escuela de Educación tiene un importante protagonismo en el ámbito educativo de la región, las acciones bidireccionales de vinculación con el sistema escolar y la comunidad, nos permiten de primera mano identificar y aportar a la realidad y necesidades que surgen en las escuelas, colegios y su entorno, tanto en los sectores urbanos como rurales de la zona. Por ejemplo, desde hace varios años realizamos prácticas sociales en los campamentos, además de diversos proyectos educativos y de investigación en el área andina, y varias acciones en la línea de la inclusión tanto en la comuna como en la región. De igual forma, se ha avanzado en la generación de estrategias para promover y ampliar vínculos entre académicos de la Escuela con académicos y equipos de investigación de universidades del país y del mundo, generando espacios virtuosos de trabajo conjunto, dando como resultados la publicación de libros, generación de artículos, estadías académicas y movilidad estudiantil. Todo esto, nos ha permitido ocupar un importante rol en el ámbito educativo regional, pero al mismo tiempo nos genera una gran responsabilidad en desarrollar procesos de seguimiento y mejora continua que permitan evaluar nuestro trabajo, actualizarnos con una mirada de futuro, y fortalecernos para seguir siendo un equipo de trabajo que contribuya a las necesidades educativas de las nuevas generaciones de nuestra región y país y sus respectivas comunidades educativas.

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