Académico UCN que lideró proyecto para detectar alzhéimer y demencia en mayores de 60 años, explica puntos a considerar para tratar a esta población, haciendo énfasis en su independencia.
Este 1 de octubre se celebra el Día del Adulto Mayor en Chile, segmento etario más vulnerado desde el inicio de la pandemia por ser quienes tenían el mayor porcentaje de perjuicio en caso de contraer el COVID-19 (según informe de las Naciones Unidas, entre el 40% y el 80% de los muertos por la pandemia corresponden a mayores de 70).
No obstante, las prolongadas cuarentenas también han tenido su efecto. Por este motivo, el académico de la Escuela de Psicología de la Universidad Católica del Norte (UCN), Óscar Véliz, quien en 2019 lideró la creación de un informe para detectar alzhéimer y demencia en población mayor, explicó algunas consideraciones a tomar.
Si bien hizo énfasis en que los adultos mayores no son un grupo que necesite de cuidados especiales, dado a que son tan autovalentes como la población joven (haciendo diferencia con quienes se encuentran postrados), sí destacó algunos aspectos que deben ser considerados: “Si hablamos de salud mental, es importante que durante el confinamiento la persona mayor haya podido estar inserta activamente en los sistemas a los que pertenece. Ahora bien, si lamentablemente personas mayores quedaron ‘aisladas’ o ‘inactivas’ en su participación social, es bueno que puedan comenzar a recuperar esa participación. Adicionalmente, y desde el punto de vista social y la visión que hay de las personas mayores, no sería útil volver a lo que llamamos normalidad, considerando que, en lo global, nuestra sociedad y las políticas públicas relativas a la adultez mayor son descontextualizadas, no rescatan el protagonismo de las personas, les relegan o segregan, e implican abandono, precarizando la experiencia de ser persona mayor. Es necesario redefinir la visión que como sociedad existe de este grupo de personas”.
EXPOSICIÓN
El académico explica que la mayoría de los adultos mayores que se mantienen activos, necesitan estar al tanto de la contingencia informativa, siempre que esta no sea perjudicial para su salud mental. “Si para la persona mayor es necesario, útil o importante estar al tanto de las noticias, por supuesto que debe seguir haciéndolo, desde su propia decisión. Si esta información que capta le genera algún tipo de malestar psicológico, lo que se debe atender es ese malestar, más no ‘aislarles’ comunicacionalmente. Ahora bien, desde lo social, es bueno que puedan acceder como cualquier persona, a diferentes fuentes de información, y que no solamente observen lo que un medio en particular refiere sobre un tema”.
Por último, manifestó que con la pandemia, solo se ha hecho patente el abandono que en general la sociedad ha hecho con la población mayor.
“La pandemia solo reafirma lo que ya sabemos. La sociedad les ha relegado, no existen dispositivos o estructuras adecuadas para que puedan seguir formando parte activa y protagónica de la sociedad. Se les concibe como frágiles, incapaces y dependientes. En nuestro país llegar a la adultez mayor implica precarización. Incluyéndoles en el diseño, se deben crear estructuras que permitan a las personas transitar hacia esa etapa”.
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