Este martes 25 de enero se cumplieron 150 años desde que se conformase la primera autoridad comunal de la ciudad.
Desde su fundación en 1868, Antofagasta se mantuvo cuatro años en un interregno “sin Dios ni ley”. Las entonces autoridades altiplánicas, establecidas en el vecino puerto de Cobija, solo se presentaban para recoger el pago de las correspondientes contribuciones. Fuera de esto, como si fuese un film de western, el día a día en el incipiente poblado cobraba a diario reyertas, robos y homicidios.
Con la fiebre de la plata desatada tras la apertura del mineral de Caracoles (descubierto en 1870), la entonces caleta desbordó de aventureros chilenos y extranjeros con ansias de riquezas. Por ese motivo, la población se multiplicó sin ningún tipo de reglas que dictaminaran su convivencia.
Por lo anterior, fue de la iniciativa de sus habitantes que se constituyó el primer órgano consistorial en el entonces puerto boliviano. Esto consta en las actas fundacionales de la municipalidad de Antofagasta, la cual fue inaugurada el jueves 25 de enero de 1872.
LA FUNDACIÓN
El libro Orígenes Históricos de Antofagasta (1966) de Óscar Bermúdez, narra esta génesis: “En 1872 ya se formaba la calle ‘Nuevo Mundo’ (hoy avenida Matta), donde se concentraban los negocios de diversión y jolgorio. En enero de 1872, un hecho de sangre vino a rebalsar el vaso de violencia, puesto que en la ciudad abundaban los obreros premunidos con cuchillos, corvos y armas de fuego, todo esto exacerbado si se considera que las autoridades de Cobija -una especie de capital regional en los tiempos de Bolivia- no hacían esfuerzos en establecer el orden”.
Por lo anterior, Bermúdez explica que los vecinos establecieron una serie de normas. “1.-Nombrar un jurado compuesto por ocho personas que apliquen al delincuente la pena consiguiente a su crimen; 2.-Dar cuenta al Gobierno de Bolivia de lo sucedido para que apruebe la conducta observada y sirva de nombrar, autoridades con la suficiente facultad para hacerse respetar y aplicar sanciones; 3.-Formar entre los vecinos, hasta que la autoridad cuente con suficiente fuerza, una guardia de seguridad; 4.- Expulsar de la comunidad a hombres que vagan sin ocupación u obreros licenciosos que acumulen más de dos incidentes graves”.
Asimismo, el historiador consta que las autoridades bolivianas emitieron decretos que facilitaron una organización autónoma de la ciudad, por lo cual explica en su libro que “este decreto boliviano del 30 de octubre de 1871 es de la mayor importancia en la historia de Antofagasta, que permitió que una labor de enormes proporciones fuese realizada por chilenos(…) Por ende, se fundó la municipalidad el 25 de enero de 1872, previa invitación del señor Dr. Don Manuel Buitrago, quien reunió a 150 vecinos, habiéndoles manifestado que el objeto de la reunión era que, en vista de los muchos desórdenes y crímenes y no teniendo el intendente de policía la fuerza suficiente para guardar el orden, pedía a los vecinos le propusiesen medidas para evitar estos crímenes”.
El historiador e investigador de la Universidad Católica del Norte (UCN), José Antonio González, explica quiénes fueron las primeras autoridades comunales de la ciudad: “1872 fue una fecha crucial para la esencia de la ciudad, donde el ingeniero en minas y también representante consular de Argentina en el desierto, Matías Rojas Delgado, fue el primer alcalde de Antofagasta. Después va a estar Salvador Reyes; y también fue partícipe Emeterio Moreno, uno de los responsables en el desarrollo en Taltal. Posteriormente, van a estar los alemanes Luis Lichtenstein, Ernesto Wolckmar y Eduardo Foster, que van a ser importantes y aportarán un elemento de cierta visión cosmopolita, de cierta perspectiva más europea”.
TRANSICIÓN
Asimismo, las primeras leyes fundacionales de la municipalidad se vieron intensamente alteradas luego que, después de la reivindicación del territorio tras la Guerra del Pacífico en 1879, la ley municipal comenzase a regir bajo leyes chilenas.
José Antonio González explica que “el municipio del gobierno de Bolivia logró tener atribuciones que no estaban contempladas en la legislación edilicia de ese país. Eso es lo interesante, porque respecto de esas mismas atribuciones, cuando se reivindicó el territorio a partir de 1879 y pasó a la soberanía chilena, el municipio antofagastino también defendió esas prerrogativas frente al gobierno de Chile, dado que la ley municipal chilena no tenía tantas facultades a favor del municipio”.
Así, una vez establecida la nueva municipalidad bajo soberanía chilena, la municipalidad llevó a cabo las primeras medidas con perspectiva en el tiempo. Una de estas, la creación del Parque Brasil a inicios del siglo XX bajo la administración de Hermógenes Alfaro (1900-1905) y consolidado posteriormente por Maximiliano Poblete en 1910.
EDIFICIO
Cuando el mundo entraba en la I Guerra Mundial, en Antofagasta se iniciaba la construcción de su primera casa consistorial. El inmueble de calle Latorre (hoy decretado como Monumento Histórico Nacional), fue levantado gracias a la iniciativa del alcalde Poblete.
Respecto a su arquitectura, la página del Consejo de Monumentos Nacionales establece que “está hecho de concreto con armazón de fierro y posee tres plantas. En el interior, los recintos se organizan en torno a un gran espacio central, una escalera imperial conduce al corredor perimetral que da acceso a las habitaciones del segundo nivel, en el que se encuentra el Salón de Sesiones de singular belleza, espacialidad y ornamentación. Su fachada destaca por su sobriedad y carácter armónico con un plano central que presenta en el segundo nivel un balcón con balaustres y en el tercero un frontón triangular”.
Desde el año 2000 la entidad se trasladó al actual edificio en avenida Balmaceda, quedando hoy el viejo edificio convertido en museo.
Respecto a los 150 años de su fundación, el alcalde de la comuna, Jonathan Velásquez, cuenta que “es un hito para la gestión municipal y queremos que nuestros funcionarios y funcionarias sientan el orgullo que significa estar a disposición de la ciudadanía este año, y queremos que la comunidad también conozca nuestra historia y miremos juntos el futuro. Partiremos este 25 de enero con un programa especial, y en marzo tendremos una jornada de reflexión con interesantes expositores, y por qué marzo, porque debido a las actuales condiciones sanitarias tuvimos que reprogramar para resguardar la salud y seguridad de nuestros invitados, y que esperamos poder estar con mayor tranquilidad en marzo para concretarlo. Respetando los aforos, queremos tener representantes de todos los sectores sociales junto a nosotros. También estaremos compartiendo en diversos momentos durante el año, capítulos de nuestra historia, porque es la forma que nos parece honrar a quienes nos antecedieron”.
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