Noticia fue publicada el lunes (19) por El Mercurio
Los avances del primer santuario para proteger algas marinas
Los pescadores preservan las 14 hectáreas ubicadas en la localidad de Las Brisas, próxima a la playa de Matanzas, para cuidar el recurso y generar una conciencia medioambiental entre los habitantes de la comuna y los turistas.
Diez años debieron esperar la Municipalidad de Navidad, en la Sexta Región, y la federación de pescadores de la comuna, para concretar un viejo anhelo del sector costero de Las Brisas -entre las playas La Boca y Matanzas-, consistente en la creación de un lugar marítimo destinado a preservar organismos nativos y a generar una conciencia ecológica y medioambiental entre los habitantes y turistas.
El biólogo marino Leonardo Peralta, director de la Oficina de Planificación Comunal de Navidad, explica que al sur de la bahía se localizó el área ideal para la creación de un santuario de la naturaleza único en el país. Las investigaciones que se realizaron en la zona permitieron delimitar un sector con alta biodiversidad, asociado a un bosque marítimo de macroalgas calabacillo, que reúne las características adecuadas para asentar el proyecto.
Se trata de 14 hectáreas que en conjunto forman un ecosistema en torno al cual se desarrollan 21 especies de algas, 55 tipos de invertebrados y 13 de aves, que dependen de los recursos de ese particular hábitat.
Peralta recuerda que para avanzar en la idea se contó con el respaldo de investigadores de la Universidad Católica de Chile, quienes elaboraron ocho expedientes, que fueron presentados al Ministerio de Medio Ambiente. La secretaría de Estado los revisó el 2010 y en junio del año pasado la ministra María Ignacia Benítez firmó el decreto que aprobó la propuesta.
La resolución que declaró al Bosque de Calabacillos como el primer santuario de la naturaleza de carácter marítimo del país, enfocado a la conservación de un bosque de algas, se publicó en el Diario Oficial en febrero de este año.
El calabacillo posee unas vesículas de aire que permiten que sus hojas floten hasta la superficie del mar y desarrollen un mejor proceso de fotosíntesis. Además, generan un hábitat costero propicio para albergar numerosas especies de importancia económica, como erizos, lenguados, lapas, locos y róbalos.
Actualmente la macroalga calabacillo es utilizada como alimento de herbívoros y de moluscos cultivados. Su sobreexplotación podría poner en riesgo la diversidad biológica que posee el bosque. Por tal motivo, la creación del santuario contribuirá al manejo sostenible de la pesca artesanal, lo que generará beneficios económicos para quienes trabajan en ella.
“Hace años los pescadores nos dimos cuenta de que había depredación de especies, pero tomamos conciencia. Gracias al santuario, hoy existe abundancia de recursos”, expresa Cecilia Masferrer, presidenta de la Federación de Pescadores de Navidad, una de las impulsoras del proyecto.
Trabajo conjunto
Desde la creación del proyecto, los aspectos socioeconómicos y culturales están presentes en la toma de decisiones, en el diseño e implementación.
Cuatro colegios de la comuna de Navidad han recibido capacitación en temas ambientales y se han creado brigadas ecológicas para limpiar las playas. En conjunto con los pescadores se establecerá un programa de monitoreo para controlar las amenazas a las que se expone el santuario.
Además, se construyó un centro de acopio y de reciclaje de basura orgánica e inorgánica, el primero de su tipo en la región.
“Esta iniciativa es parte de la visión medioambiental de nuestra comuna, que tendrá un efecto profundo a futuro”, señala el alcalde Horacio Maldonado.
Turismo sostenible
La comuna de Navidad tiene una costa de 30 kilómetros. Un gran porcentaje de su población vive de los recursos que provienen del mar, ya sea por la actividad pesquera o turística. Durante el verano más de 20 mil personas visitan la comuna.
Por las características de sus playas y vientos fuertes, la zona se ha potenciado como un lugar propicio para practicar buceo y surf.
“Hay jóvenes de la comuna, en especial hijos de pescadores, que postularán a proyectos para realizar buceo deportivo en el santuario”, señala Cecilia Masferrer. Además, habrá un programa para evaluar los efectos biológicos y ecológicos en la zona aledaña.
ECOSISTEMA
En torno al hábitat del santuario se desarrollan 21 especies de algas, 55 tipos de invertebrados y 13 de aves.
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