Expertos enseñan en la UCN la aplicación de esta especialidad en zonas extremas.
Mañanas y tardes dominicales se llenan de color y alegría en los parques y sectores recreativos de Antofagasta, donde se reúnen las familias con sus niños para realizar variados juegos. Entre éstos, son comunes las burbujas que vuelan al viento.
Aunque se trata de una entretención tradicional, llamó la atención ver en el centro de la ciudad a un grupo de jóvenes lanzando estas burbujas. Pero no estaban jugando, las figuras fueron parte de un ejercicio destinado a estudiar y analizar el comportamiento de los flujos del viento urbano.
Quienes realizaron esta tarea son los alumnos de la Escuela de Arquitectura de nuestra Universidad, con el objetivo de aprender de forma didáctica a desarrollar los sistemas pasivos de ventilación natural de arquitectura aplicada en zonas extremas de la Tierra, tales como la Antártica, el desierto, glaciares.
ESTACIÓN POLAR
La idea comenzó a gestarse cuando ingenieros y arquitectos de la Universidad Técnica Federico Santa María desarrollaron un proyecto de infraestructura sustentable para zonas remotas de difícil acceso, sin conexión energética ni agua. Al año siguiente, la FACh les encargó el desarrollo de la Estación Polar Arturo Parodi Alister, que fue el punto de partida de lo que llamaron Arquitectura de Zonas Extremas.
En esta especialidad trabajan actualmente los profesores investigadores de la Unidad de Arquitectura Extrema, el ingeniero Pedro Serrano y el arquitecto Fernando Hammersley, los que cuentan con un amplio currículum de obras y proyectos prácticos ejecutados en zonas como la Antártica Chilena o Campos de Hielo Norte y Sur.
Los expertos fueron invitados por la UCN en el marco del Programa de Apoyo a la Formación de Redes Internacionales entre Centros de Investigación en Energía del CONICYT y Ministerio de Energía, que dirige el Dr. José Guerra Ramírez, académico de la UCN. El objetivo fue realizar el Taller Arquitectura Extrema: estudio del comportamiento del viento en edificios y entornos urbanos, el que incluyó trabajo con los estudiantes en terreno, construcción de un túnel de viento y una conferencia abierta a toda la comunidad universitaria.
BURBUJEADORES
En el taller trabajaron en la elaboración de las herramientas llamadas burbujeadores y túnel de viento, para la observación y estudio teórico práctico de la influencia, comportamiento y corrientes de viento en la arquitectura y entornos urbanos.
Las actividades fueron desarrolladas por los estudiantes del Taller Cobijo que dirige el académico José Guerra, quien explicó que estas metodologías permiten visualizar el flujo de los vientos a nivel de microclimas o vientos locales que ofrecen condiciones particulares y de gran impacto en las condiciones urbanas, que son afectadas por la orientación y fisonomía de los edificios.
El túnel de viento 2D es de 80 x200 cm, y tiene una cámara de prueba de 100×80 cm con 3 cm de alto protegido con vidrio antirreflejos. Esta cámara permite analizar modelos en planta y secciones a escalas entre 1:50 y 1:200.
Funciona con una máquina de humo, líquido de humo denso, cámara de humo, filtro y extractor que activa el flujo y con su acción el humo dibuja el comportamiento del viento en las fachadas, contornos de los edificios y habitaciones interiores. El equipo permite registrar con video o fotografía los patrones de comportamiento en función de los estudios e investigaciones que correspondan.
MÓDULOS DIDÁCTICOS
Serrano y Hammersley enviaron las instrucciones para que los alumnos fabricaran los instrumentos con los cuales trabajaron. Explicaron la importancia de la arquitectura que se aplica en zonas extremas, donde la habitabilidad es restringida y requiere el uso de la tecnología para habitarla.
“El objetivo, desde la Universidad, es explorar habitáculos y arquitectura para lugares extremos, y buscar la forma de entregar mayor habitabilidad y confort a las personas que van a la montaña, el desierto, a la Antártica, y otros”, señala Hammersley.
Recordó que la Escuela de Arquitectura de la UCN construyó un refugio para situaciones de catástrofes, lo que también es considerado extremo y además está pensado para salvatajes y sobrevivencia.
Asimismo, los expertos dieron a conocer a los estudiantes de la UCN las investigaciones y proyectos desarrollados en este ámbito, que partieron con una estación en la Antártica a cargo de un equipo de profesionales y estudiantes, para posteriormente dar paso a un Módulo Sustentable de Emergencias para Catástrofes, un Refugio en Glaciar Jotabeche Región de Coquimbo, y refugios y módulos unipersonales, entre otros.
Éste es el aporte de profesionales que, además en sus proyectos, consideran una mirada sustentable del territorio, aprovechando los recursos y energías del lugar, con el objetivo de evitar el impacto ambiental.
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