Nuevo estudio GEM revela que el 26% de las mujeres de la zona están involucradas en alguna etapa de emprendimiento, cifra levemente superior a la nacional.
Cada vez hay más mujeres que reconocen a la actividad emprendedora como una fuente laboral, siendo valorada como un autoempleo para la gran mayoría de ellas, mientras que sólo el 1% se considera “dueña de casa”.
Así lo afirmó la investigadora y Directora del Centro de Emprendimiento y de la Pyme de la Facultad de Economía y Administración de nuestra Universidad, Dra. Gianni Romani Chocce, al dar a conocer el último informe GEM “Mujeres y actividad emprendedora” que ya está en circulación. El trabajo fue realizado en conjunto con la Dra. Paulina Salinas Meruane, de la Escuela de Periodismo UCN, y la ingeniera comercial UCN, Sue-Hellen Contuliano.
Este quinto informe entrega una serie de antecedentes de la actividad emprendedora de las mujeres en la Región de Antofagasta, destacando que 26% de las mujeres están involucradas en alguna etapa del proceso emprendedor, ya sea como empresarias nacientes, nuevas o establecidas. Este porcentaje es ligeramente superior al promedio nacional (25,7%).
TENDENCIAS
Como en el resto del país, la tasa de actividad emprendedora en etapas iniciales de las mujeres de la región (nacientes y nuevas empresarias), se incrementó significativamente con respecto al año 2010, pasando de un 14,3% a un 21,7% en 2011. Lo mismo ocurrió con las establecidas, que pasó de un 1,5% a un 4,6% en el mismo periodo, rompiendo la tendencia decreciente iniciada en 2008.
Situación parecida se aprecia en el caso de los hombres, cuya tasa se triplicó en ese mismo periodo, desde un 7,8% a un 23% en las etapas iniciales, y de un 6,5% a un 9,7% en los empresarios con más de tres años y medio de actividad.
La Región de Antofagasta, comparada con el resto del país que participó en el estudio GEM (once regiones en total), tiene una tasa de actividad emprendedora de mujeres en etapas iniciales que la sitúa en el sexto lugar, muy por debajo de Arica y Parinacota, que ocupa la primera posición con un 28%, y superior al de la Región del Libertador Bernardo O’Higgins, que presenta la cifra más baja, con un14,7%.
NECESIDAD-OPORTUNIDAD
En 2011, el estudio refleja que el aumento de la tasa de actividad emprendedora de mujeres en etapas iniciales se debe al incremento más por necesidad que por oportunidad.
En el primer caso, pasó de un 3,2% en 2010 a un 8,8% en 2011, mientras quienes vieron la oportunidad sube de un 11,1% a un 12,5% en el mismo periodo. Situación diferente se da en el caso de los hombres, cuyo desarrollo se explica fundamentalmente por oportunidad más que necesidad. Con estos valores, Antofagasta pierde el liderazgo femenino por oportunidad que la había caracterizado los últimos años.
Además, por quinto año consecutivo la percepción de las mujeres y hombres involucrados en las diversas fases del proceso sobre la existencia de buenas oportunidades para iniciar negocios en la zona, continúa siendo favorable, superando incluso a las obtenidas por el conjunto del país.
EDADES
La edad promedio de las mujeres que parten en esta actividad se mantiene en 41 años, como el periodo anterior. La edad de las empresarias establecidas es de 49 años, cuatro menos que en 2010. Sin embargo, en el conjunto del país, el promedio para las primeras es de 37 años, y en las segundas es de 47.
No se identificaron diferencias de género en cuanto a la edad, pero sí en el nivel de educación superior. Un 20,6% de las emprendedoras en etapas iniciales tiene educación superior completa, inclusive con postgrado, frente a casi el doble, un 39,3%, de los hombres.
PRODUCTOS O SERVICIOS
Respecto a la competitividad de los productos o servicios que ofrecen, el informe indica que continúan siendo de menor valor agregado, bajas barreras de entrada y poco potencial de crecimiento. Pese a esto, se percibe un leve incremento en las aspiraciones de las mujeres emprendedoras antofagastinas con respecto al año anterior en cuanto al uso de la tecnología con menos de cinco años, la exportación y la generación de puestos de trabajo.
En cuanto a la evaluación de los expertos regionales sobre la dimensión de género, las variables peor evaluadas se refieren a los incentivos a las mujeres para la creación de empresas y la disponibilidad de servicios sociales que les permitan seguir trabajando aún después de haber tenido hijos. En opinión de ellos, faltan incentivos para las mujeres y no existen suficientes servicios sociales.
El informe está disponible en el link www.cemp.ucn.cl.
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