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Jóvenes, migración y Universidad: Pilares del año Pastoral de Monseñor Ignacio Ducasse

Fecha: 25 octubre, 2018

Jóvenes, migración y Universidad: Pilares del año Pastoral de Monseñor Ignacio Ducasse

A un año de su nombramiento como Arzobispo de Antofagasta, el Gran Canciller de la UCN revisa su quehacer a la cabeza de la Iglesia en la zona.

El 29 de agosto del año pasado, en una Eucaristía presidida por el Nuncio Apostólico, Ivo Scapolo, y concelebrada por todo el clero de la ciudad, Monseñor Ignacio Ducasse asumió como el nuevo Arzobispo de Antofagasta, con una serie de desafíos por delante. A poco más de un año de ese momento, Monseñor Ducasse hace un alto para reflexionar cómo ha sido su acción evangelizadora como Arzobispo de Antofagasta.

¿Cómo evaluaría este primer año a cargo de la Arquidiócesis de Antofagasta?
A la luz de estos 14 meses a cargo del Arzobispado de Antofagasta, yo me he sentido siempre muy acogido por la gente; he podido visitar prácticamente el cien por ciento de la Arquidiócesis, tanto las parroquias, capillas, comunidades y otras instituciones, organizaciones, no solamente las vinculadas a la Iglesia, sino que también algunas empresas, clubes deportivos, juntas de vecinos, etc. Que, si bien no son parte de la Iglesia, en ellas participa mucha gente de la Iglesia y la presencia de uno como pastor es importante, saber qué están haciendo, sobre todo porque cada institución trabaja para personas que de alguna manera están vinculadas con la misión de uno también. En la medida que podamos aunar esfuerzos y trabajar en la misma dirección, cada uno desde su identidad y desde su perspectiva, pero por el bien común, creo que nos hace bien a todos. En ese sentido, creo que se ha ido logrando una cierta unidad en función de ese bien común que todos perseguimos.

¿Y el trabajo interno de la Iglesia?
En este año también he podido ir conociendo personas que quieren hacer crecer la Iglesia desde su identidad, desde su tarea misionera, en distintos movimientos apostólicos, que trabajan con nosotros, perspectivas distintas, ya sea educacionales, de asistencia social, grupos que trabajan en la cárcel, tanto de hombres como de mujeres; todo el trabajo con los migrantes que ha aumentado mucho especialmente en Antofagasta y que son una riqueza. Tienen una expresión religiosa muy distinta a la nuestra, con mayor colorido, con mayor fervor, y eso es una riqueza enorme que nos potencia a nosotros como Iglesia, reaviva la fe. Son complementos que nos van ayudando y hay que saber integrarlos.

¿Cuáles diría usted que han sido los principales hitos de su gestión?
El principal hito, a mi juicio, a nivel de Arquidiócesis, ha sido el cambio de Obispo. Disculpe que lo nombre primero, pero yo creo que en una comunidad diocesana el cambio de obispo es importante, de alguna manera incide en la vida de la gente, lo mismo que en una parroquia cuando se cambia al párroco. No lo digo ni para bien ni para mal, solo digo que es un cambio, una dinámica muchas veces distinta, con metodología de trabajo diversa, y eso impacta, acelera procesos o a veces los detiene.

¿Cómo ve usted el trabajo Pastoral que se desarrolla dentro de la UCN?
Es un buen acierto. La Universidad prácticamente desde su nacimiento ha tenido Pastoral, la cual está más organizada y posteriormente institucionalizada, según la estructura de la UCN. La Universidad tiene gran movimiento de gente que entra y sale, y no es fácil llevar procesos muy fuertes. Hay que ir adaptándose a las generaciones nuevas, cada generación trae sus intereses, entonces hay que saber cómo detectarlos para potenciarlos y formarlos en esa integración que queremos de todos los factores de la vida humana. Que nuestros universitarios salgan con una unidad interna muy sólida y con una identidad de servicio a todos los demás, especialmente a los más necesitados, desde sus respectivas profesiones.

Monseñor, cada vez cuesta más que los jóvenes se motiven a participar en los distintos voluntariados. ¿Qué les diría a ellos?
Yo creo que en la medida que cada persona va descubriendo que su vida no tiene sentido para sí mismo, sino que tiene sentido en comunión y en comunidad junto a otros, y que lo que está estudiando no es para saber más simplemente, sino que para poder servir mejor, desde su perspectiva profesional y su posición en la sociedad es estar al servicio de los otros.
Vivimos en una sociedad que tiende al individualismo, que repercute en los jóvenes y desgraciadamente no tan solo en los jóvenes, por eso hay un trabajo que hay que ir haciendo para ayudar a que la persona descubra esta veta de la solidaridad y el servicio, que no es algo tan extraordinario, que no debe realizarse por exceso de dinero o dotes personales, sino que desde la pobreza. Como decía el Padre Hurtado, tenemos que compartir lo que tenemos para ayudarnos a tener una sociedad mucho más equitativa, más igualitaria que permita que todos podamos vivir humanamente con dignidad.

¿Cómo se potencia el trabajo que realiza la Universidad con los inmigrantes con las acciones que lleva adelante el Arzobispado?
Trabajamos muy de la mano. Estamos en la misma línea, somos complementarios junto a otras organizaciones también, privados y del Estado, porque queremos integrar a las personas, ayudarlos en su situación legal en el país, otros en el ámbito de la asistencia social. La mayoría llegan con mucha pobreza, necesitan vivienda, alimentación, vestuario, etc.

¿Trabajan con el Gobierno Regional en el tema de la migración?
Participamos en una mesa que constituyó el Gobierno Regional, a través de la persona encargada del tema en el Arzobispado. Ella participa y está al tanto de lo que se está haciendo; también tiene su juicio crítico sobre algunas cosas, pero va tratando de aportar a lograr un objetivo que traspase cosas ideológicas o políticas partidistas, sino que vayan en bien de esas personas.

¿La Inmigración es uno de los puntos más importantes de su gestión?
Yo creo que sí, tanto para la sociedad civil como para la Iglesia. Hay una cantidad muy grande, muy variada en sus situaciones personales o familiares que nos hacen pensar mucho en las respuestas que podemos dar para ayudarles.

Hay quienes están en contra o rechazan la llegada de inmigrantes…
Por eso este también es un tema de la sociedad civil. Tenemos que ir viendo cómo hacer realidad la canción que dice “verás como quieren en Chile al amigo cuando es forastero”. Cómo realmente acogerlos, ayudarlos, no verlos como un enemigo, sino que compartir la riqueza que traen y nosotros también ayudarlos con lo nuestro.

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