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“El concepto de emprendimiento está asociado no solo a generar negocios, sino a la capacidad de innovar, de aprender del fracaso”

Fecha: 14 enero, 2016

“El concepto de emprendimiento está asociado no solo a generar negocios, sino a la capacidad de innovar, de aprender del fracaso”

Paulina Gutiérrez, académica de Ciencias Empresariales, se perfeccionó en la enseñanza de esta habilidad en EEUU, donde obtuvo el grado de doctor en educación, otorgado por la U. Estatal de Portland.

Una trayectoria profesional poco convencional es la que ha seguido la académica de la Universidad Católica del Norte, Paulina Gutiérrez Zepeda, flamante Doctora en Educación con especialidad en liderazgo educativo, por la Universidad Estatal de Portland, EE.UU.
Claro, porque su formación inicial es de ingeniero comercial, y como tal se desempeña desde hace cerca de una década en la UCN, impartiendo clases a las carreras de la Escuela de Ciencias Empresariales.
Sin embargo, el tema del emprendimiento y el interés en fortalecer su labor como docente fueron decisivos al momento de decidir la orientación que quería darle a su programa de doctorado, cursado en Oregon, Estados Unidos, gracias a haberse adjudicado una beca Fullbright que cubría tanto sus estudios en la U. Estatal de Portland como un periodo previo destinado a aprender inglés. Iniciarse en un nuevo idioma, ya como adulta, e insertarse en una escuela netamente enfocada en educación – un ámbito ajeno a su formación-, le resultó al principio muy complicado, “pero de un aprendizaje enorme”, agrega con entusiasmo. “Haber estudiado fuera definitivamente te abre el mundo, personal y profesional”.
Sobre la institución norteamericana, comenta que tiene una escuela de educación con un enfoque de justicia social, aspecto que localmente recién comienza a desarrollarse. “Ahora en Chile estamos hablando más de equidad, conciencia de género, identidad, respeto por la diversidad”, señala, reconociendo que esos tópicos le resultaban lejanos en el 2010, cuando inició su doctorado.

Aprender de los errores
Profundizando en el tema de su tesis de postgrado, Paulina Gutiérrez explica que tiene que ver con el concepto de emprendimiento, “pero no solo asociado a generar negocios, sino a la capacidad de innovar, de aprender del fracaso”. Para ello entrevistó a profesores de diversas universidades chilenas, que enseñan emprendimiento a alumnos de primer año, constatando que la mayoría de ellos mencionaba el aprender a través del fracaso, de los errores, imitando el modelo de EE.UU. de enseñanza del emprendimiento, que considera la innovación, la creatividad, “herramientas que te permiten generar nuevas ideas, importante considerando la falta de recursos monetarios”.
Su investigación le permitió también constatar la necesidad de potenciar aspectos de género en la enseñanza del emprendimiento, “falta mucho por desarrollar, ni siquiera es muy explícito, incluso la mayor parte de los profesores son varones”, advierte, agregando que además se privilegia los contenidos técnicos, en desmedro de los aspectos pedagógicos. “Las distintas personas aprenden de diferentes modos, hay profesores más capacitados que han captado que hay distintas maneras de aprender y de enseñar”, acota, destacando el valor de las habilidades “mal llamadas blandas, como la creatividad, la innovación, potenciadas por medio de dinámicas y juegos que, desde afuera, pueden ser vistos como una pérdida de tiempo, y generan resistencia, porque dentro de la institucionalidad se ve como que uno no está tomando en serio la asignatura”.
El tema la preocupa por su rol como académica y por cómo enseñar el emprendimiento (u otras disciplinas) a estudiantes universitarios que van a ser futuros administradores o gerentes de negocios, de modo que valoren estas nuevas habilidades “y entiendan y fomenten el emprendimiento con un concepto más amplio que el negocio, con nuevas ideas e innovaciones dentro de la empresa”.
Sobre la realidad en EE.UU. en este sentido, Paulina Gutiérrez relata que “los profesores que enseñan emprendimiento consideran que, para enseñarlo, tienes que haber emprendido. Y una vez que habías emprendido, también necesitabas esta capacitación pedagógica”.

Superar adversidades
En términos coloquiales, la académica asocia esta habilidad con lo que se conocer como ser “busquilla”, pero, aclara, “en todos los ámbitos, más allá del ámbito de los negocios, concepto con una connotación negativa por la asociación con el lucro”. Ser emprendedor, reflexiona, significa “no ser víctima de las circunstancias, está asociado a la resiliencia, a la perseverancia, la resolución de problemas, una habilidad para la vida en general. Ser capaz de superar las adversidades en todos sentidos”. Y si bien reconoce que “hay quienes nacen con estas habilidades y las van a seguir desarrollando”, otros también las pueden aprender, idealmente a edad temprana.
Por ello, le preocupa la poca motivación al estudio, que percibe en general en las nuevas generaciones de alumnos, un fenómeno que se ha agudizado en los años, y que contrasta con lo que observó en EE.UU., “los alumnos allá siempre están preguntando, muestran interés, participan, las bibliotecas están llenas, todo eso influye mucho en el aprendizaje”.
Lejos de desanimarse, esta situación le plantea ya de regreso en Chile un nuevo desafío: capacitar a profesores motivados por enseñar su disciplina eficientemente, para ayudar a mejorar la enseñanza y aprendizaje de los estudiantes. “Sueño con un centro de aprendizaje, no solo en la parte de negocios y emprendimiento, sino en un ámbito universitario más transversal”, confidencia.
En esta línea, su interés no solo está en la formación de estudiantes, sino igualmente en compartir conocimientos y experiencias con otros profesores. Al respecto, indica que, junto al aprendizaje de contenidos de emprendimiento, en la Universidad Estatal de Portland tuvo la oportunidad de participar en un programa piloto para fomentar la investigación en los docentes. “Nosotros damos por hecho que los profesores con doctorado tienen que escribir y publicar. Pero uno tiene que aprender”, afirma, explicando que dicha iniciativa significó por 3 años un apoyo en escritura académica, “lograron que profesores que nunca habían publicado lo hicieran, aspecto que sería muy interesante desarrollar en este Campus y entre las diferentes unidades”, concluye.

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