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Los cambios tecnológicos, una ventana al futuro

Fecha: 21 noviembre, 2013

Mario Pereira

Los cambios tecnológicos, una ventana al futuro

Mario Pereira A.

Académico Departamento de Ciencias Geológicas

Universidad Católica del Norte

 

Un país como el nuestro, en lejanía de los centros de avanzada en I+D+e+i, debe decidir en qué momento se incorporará a la nueva oleada.

Durante los últimos 250 años, la humanidad ha experimentado cinco oleadas o cambios tecnológicos mayores, cada uno de ellos singularizado por diversos componentes.

La primera corresponde a la denominada Revolución Industrial, reconocida por la instalación de las primeras hilanderías de algodón hacia 1771; la segunda oleada tecnológica se inició en el año 1829 y se identifica con la máquina a vapor y el ferrocarril.

Mientras que el tercer periodo tecnológico se corresponde con el acero y la ingeniería pesada y se habría iniciado en 1875; la cuarta oleada tecnológica, cuyo inicio se puede establecer en 1907, se relaciona con el motor de combustión interna, con el petróleo, el automóvil y la producción en serie; a la vez que la quinta oleada tecnológica se puede situar en la invención del chip, en 1971.

Ciertamente, con cada cambio tecnológico se sucede un cambio organizativo en la manera de trabajar.

Así como cada oleada tecnológica se singulariza por diversos componentes, también anuncia nuevos avances. Por ejemplo, antes de 1907 no existían el plástico, la aviación comercial, los detergentes, los refrigeradores, las cocinas a gas, las licuadoras, las motocicletas, los edificios de acero y vidrio, las máquinas de escribir eléctricas. El automóvil singulariza este periodo.

Por su parte, la oleada tecnológica de 1971 surge a raíz del lanzamiento al mercado del primer microprocesador de Intel, anticipando el computador personal. Esto mismo permitió luego mejorar los programas computacionales y el incremento de la capacidad de almacenar y procesar información.

Antes de 1971 no existían la TV por cable, los computadores personales, las tarjetas de crédito, los teléfonos portátiles, los cajeros automáticos, internet, Google, Facebook, los GPS, las máquinas fotográficas, relojes y calculadoras digitales, los cd, los dvd, la tomografía computarizada, entre tantos otros artefactos.

Si las oleadas tecnológicas se repiten cada 50 o 60 años en promedio, la última habría comenzado en 1971; entonces, debiéramos estar ad portas, en unos 10 o 15 años, de iniciar un nuevo cambio tecnológico, que no solo provee de nuevos artefactos e instrumentos, sino que también afectará los modos de producción.

Sin pretender adivinar el futuro -por lo demás, algo de muy baja probabilidad-, es posible anticipar que este nuevo periodo tecnológico debiera incorporar diversos elementos que ya están para el nuevo entorno: computación cuántica, biotecnología, biología sintética, nanotecnología y nuevos materiales, fotónica, nuevas energías, sistemas complejos, automatización y autoaprendizaje.

Un país como el nuestro, en lejanía de los centros de avanzada en I+D+e+i, lo que no es una excusa, debe decidir en qué momento se incorporará a este cambio anunciado.

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