Dra. Francis Espinoza F.
Académica Escuela de Periodismo UCN
Una vez decantados los resultados de las pasadas elecciones regionales y comunales, el análisis debiera girar sobre qué pasará en la región “post democracia electoral” (Natalia Soledad-D’elia, 2011). Estas votaciones generaron algunas sorpresas y, sin duda, vienen a reestructurar la cartografía política de partidos, sectores, y su influencia en el país de cara a las presidenciales del próximo año. Si bien a casi todos los partidos le tocó su tajada, los grandes perdedores fueron Amarillos, Demócratas y el Partido de la Gente, que no obtuvieron ninguna posición en estas elecciones 2024.
Los territorios con más brecha en votación de Gobernación Regional fueron Atacama con un 17,4% (Miguel Vargas, IND PS y Nicolás Noman, UDI); Valparaíso con un 12,2% (Rodrigo Mundaca, IND FA y María José Hoffmann, UDI); y RM con un 10,98% donde se enfrentan “los Orrego”, Claudio (IND, fuera de pacto) y Francisco (RN). Las diferencias se ven más cortas en Antofagasta con un 0,81%, una pelea voto a voto entre Marcela Hernando (PR) y Ricardo Díaz (IND PPD), en Arica y Parinacota con un 2,63% (Jorge Díaz, DC y Diego Paco, RN) y en Coquimbo con un 4,97% (Javier Vega, PC y Cristóbal Juliá, IND EVO). En relación a la conformación de los CORES, Chile Vamos y el Partido Republicano obtuvieron el 51% (156 consejeros/as), el Socialismo Democrático (PS y PPD) logró un 15%, superando al FA y al PC (11%).
Si analizamos los resultados de las alcaldías, Chile Vamos obtuvo 122 cargos electos, mejorando su cifra de 2021, y opacando al oficialismo (Contigo Chile Mejor), que logró 111 municipios. La independencia política consiguió 103 escaños municipales. Por esta razón, el medio español El País tituló “Chile se inclina por la derecha tradicional en las votaciones de alcaldes, la antesala de las presidenciales de 2025” (28/10/2024). A diferencia de los cómputos anteriores, la coalición de centro izquierda Chile Mucho Mejor obtuvo la mayoría de concejales, seguido por RN, UDI y Evópoli de Chile Vamos.
Ya analizado el mapa político, lo que viene después es más complejo, tanto alcaldes/as como gobernadores/as no tendrán una tarea fácil, pues deberán lidiar con órganos colegiados (CORE y Concejo) muy variopintos, lo que requerirá esfuerzos adicionales de negociación (Hannah Arendt, 1970), de consenso (Jürgen Habermas, 1981) y no de conflicto (Carl Schmidt, 1932). Por ende, la región-comunas requieren de la adecuada articulación entre las diversas autoridades de la región para generar una gobernanza inteligente y una alta política de la institucionalidad pública.
Desde una perspectiva más pragmática, si hacemos cuentas simples, a partir de 2025 la Región de Antofagasta recibirá $23.145 millones, y nuestra ciudad $2.951 millones (Ministerio de Hacienda, 14/05/2023). Analizando los dineros que entrarán a Antofagasta, los Fondos Puente – Royalty Minero entregarán más de 900 mil millones ($ 992.799.311). En otras comunas (María Elena, Mejillones, Ollagüe, San Pedro de Atacama, Sierra Gorda, Taltal y Tocopilla) se debiera sumar al Royalty el Fondo de Equidad Territorial.
El ejercicio del poder en todos los cargos sujetos a elección no contribuye un atributo per se, sino más bien es producto de un acto de representatividad, que es cada vez más escrutado por una ciudadanía empoderada. La muestra de esto último fue el tercer lugar obtenido por el alcalde en elección Jonathan Velásquez. Por ende, los apetitos electorales deben convertirse en acciones y en el ejercicio del poder para administrar, invertir y generar crecimiento y desarrollo en la región. Si bien, los distintas propuestas de campaña ofrecieron el oro y el moro, lo cierto es que los dos instrumentos que deben estar presentes en una buena gobernanza son una real estrategia de desarrollo regional (con KPIs y métricas) y un plan regulador de las comunas que posibiliten que la segunda región con el PBI más alto del país (mch, 26/06/204) se transforme en el territorio con más oportunidades para sus habitantes.
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