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Académico UCN expuso sobre los medicamentos como un bien social

Fecha: 14 noviembre, 2019

Académico UCN expuso sobre los medicamentos como un bien social

Alejandro Vásquez, del Departamento de Ciencias Farmacéuticas, presentó un recorrido histórico del sector.

En 2008, con la acusación por colusión a tres cadenas de farmacias del país comenzó un capítulo nuevo y lleno de aristas complejas para el mercado de los remedios en Chile.

Teniendo a la vista este antecedente, y en el marco de las movilizaciones sociales que se han llevado a cabo durante las últimas semanas en el país, el académico Alejandro Vásquez, del Departamento de Ciencias Farmacéuticas de la Universidad Católica del Norte (UCN), dictó una charla a estudiantes titulada “Medicamentos: Un bien social”.

El docente partió explicando lo que ocurrió después que el Tribunal de Libre Competencia determinó la culpabilidad de las tres cadenas de farmacias del país.

Posteriormente, en el 2012, Chile ingresa a la OCDE y un punto complejo era el acceso a los medicamentos. Es por eso que en el primer mandato de Sebastián Piñera se elabora y promulga la Ley Nº20.724, más conocida como “Ley de Fármacos 1”, que está vigente actualmente.

Sin embargo, aclara el académico, “no resultó como se esperaba, la primera cosa que no funcionó fue la compra fraccionada de medicamentos, porque las farmacias independientes no obtuvieron apoyo”. Segundo, como el mercado está desregulado, “la bioequivalencia no generó un impacto en el bolsillo de las personas”. Unido a esto, la ley estableció la obligación del médico de prescribir un medicamento y, entre paréntesis, en la receta anotar el principio activo de dicho remedio. Por ejemplo, si se recetaba “aspirina”, se debía anotar al lado “ácido acetilsalicílico”. Si existía un bioequivalente quedaba a la voluntad de la farmacia el sugerirlo.

Alejandro Vásquez presentó además los puntos críticos del proyecto de Ley conocido como “Ley de Fármacos 2” que está en el Congreso.

Lo primero es la obligatoriedad de recetar utilizando el principio activo, es decir, el médico en la receta debería escribir “ácido acetilsalicílico” y, entre paréntesis, el nombre de fantasía “aspirina”. Segundo, es la prohibición de integración vertical. Consiste en que una cadena de farmacias no puede ser dueña de un laboratorio y, menos aún, estar vinculada a una isapre.

Finalmente, el Tratado Integral y Progresivo de Asociación Transpacífico (TPP11), el que tendrá una injerencia en los laboratorios que podrán ampliar las patentes sobre los fármacos, postergando de esta manera la llegada de productos genéricos a nuestro país.

ACCIONES
Consultado sobre si la “Agenda Social” dada a conocer por el Presidente, apuntaba en una mejoría en el acceso a los medicamentos, el docente explicó que antes del anuncio el Minsal había desarrollado una licitación que fue otorgada a una de las tres grandes cadenas de farmacias del país.
Lo que se busca ahora es que la Central de Abastecimiento del Sistema
Nacional de Servicios de Salud (Cenabast) actúe como intermediario con las farmacias independientes, las que representan el 10%, contra el 90% de las cadenas nacionales de farmacias. Vásquez explica que para que sea favorable para las personas, la Cenabast debería vender al mismo precio que vende a los hospitales. Por ejemplo, una unidad de paracetamol es vendido en 3 pesos.
Además, “el Colegio Farmacéutico solicita la reducción en la banda de precio en productos determinados como de mayor consumo, que son los prescritos para enfermedades cardiovasculares. Hoy está desregulado, o mejor dicho responde a la oferta y demanda, hay que poner un tope de ganancia”, afirma el experto.
Otra posibilidad es un IVA diferenciado para los medicamentos.

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