Equipo internacional resalta el hallazgo de la inusual atmósfera de Wasp 46b, lo que expande las posibilidades en la búsqueda de vida más allá de nuestro Sistema Solar.
El efecto de “cielo azul” más pronunciado observado hasta el momento fuera de la Tierra presenta Wasp 46b, un exoplaneta que orbita una joven estrella en dirección de la constelación del Pavo.
El hallazgo de esta inusual característica fue realizado por un equipo internacional liderado por el Dr. Maximiliano Moyano, astrónomo chileno del Instituto de Astronomía (IA) de nuestra Universidad, investigación que fue publicada por la prestigiosa revista científica británica Monthly Notices of The Royal Astronomical Society.
“Este efecto se produce cuando la atmósfera de un planeta desvía en forma pronunciada el componente azul de la luz respecto a otros colores. Nosotros en la Tierra vemos el cielo así, debido a que en todas direcciones observamos la luz azul rebotando en la atmósfera, efecto denominado dispersión de Rayleigh”, explicó el científico.
Sobre las particularidades de Wasp 46b, indicó que este corresponde a un planeta ubicado más allá de nuestro Sistema Solar (exoplaneta), con una órbita de unos pocos días alrededor de un joven sol.
Debido a la cercanía a su estrella, y por su tamaño y masa, el cuerpo es clasificado como un “Júpiter caliente”, denominación que considera sus similitudes con el más grande de los planetas de nuestro Sistema Solar.
La temperatura es otro factor a considerar, ya que estos cuerpos alcanzan cerca de 2 mil grados Celsius en la superficie. En el caso de Wasp 46b, la temperatura llegaría casi a los 1.700 grados Celsius.
IMPACTO
El Dr. Moyano resaltó el impacto que tiene encontrar otro planeta “tipo azul” en el universo: La detección de este tipo de efecto de coloración en un exoplaneta tipo terrestre sería un indicativo que su atmósfera podría ser fenomenológicamente similar a la de la Tierra y, por lo tanto, lo convierte en un buen candidato para albergar vida.
“La importancia de estudios como este radica en que en un futuro cercano se podrán medir estos efectos en exoplanetas similares a la Tierra ubicados en las zonas habitables de sus respectivas estrellas, es decir, los lugares adecuados y con potencial para albergar vida”, puntualizó el científico de la UCN.
El descubrimiento de la particular atmósfera de Wasp 46b se dio en el marco de un estudio realizado a tres planetas extrasolares, los que fueron analizados por los astrónomos a través de telescopios ubicados en el sur de Brasil.
En la actualidad -según explica Moyano- existen cerca de 4 mil exoplanetas descubiertos y confirmados. A estos, se suma un número similar de objetos candidatos a ser clasificados como planetas, para lo cual aún es necesario investigar los sistemas existentes en detalle.
Al estudiar estos planetas, agrega, resulta especialmente interesante observar sus atmósferas a través de la técnica conocida como espectroscopía de transmisión, que fue la utilizada en el caso de Wasp 46b, y que tiene el potencial de entregar gran cantidad de información.
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