La necesidad de que las personas, organizaciones e instituciones se preocupen de desarrollar buenas prácticas de seguridad informática, para prevenir y mitigar amenazas cibernéticas, planteó Carlos Manzano Munizaga, académico de la Escuela de Ingeniería de la Universidad Católica del Norte (UCN), Sede Coquimbo, durante el webinar “Consejos de Ciberseguridad para instituciones públicas”, organizado por Austranet.
Carlos Manzano, quien es integrante de la Mesa de Trabajo de Ciberseguridad del Senado, recalcó que una deficiente Ciberhigiene en la organización puede provocar principalmente compromiso y pérdida de datos. “Las consecuencias de una violación de datos pueden incluir pérdidas financieras, multas gubernamentales, tiempo de inactividad operativa, trastornos organizacionales, daños a la reputación y responsabilidad legal de la organización y sus trabajadores”, enfatizó el académico.
Una buena Ciberhigiene, agregó, permite minimizar el riesgo de interrupciones de sistemas, compromiso y pérdida de datos desde un punto de vista de la continuidad operacional de la organización, por ello es primordial, y para lograrla se necesita del compromiso de los usuarios y usuarias, ya que los equipos de los Departamentos de Informática no pueden lograr implementar una buena Ciberhigiene por sí solos.
RECOMENDACIONES
Por ello, Carlos Manzano Munizaga plateó una serie de recomendaciones de Ciberhigiene para usuarios y usuarias, como no publicar ninguna información personal que un Ciberdelincuente pueda usar para adivinar o restablecer una contraseña; realizar copias de seguridad periódicas de los archivos importantes en una ubicación separada y aislada de la red principal; contar con contraseñas seguras, evitando palabras que se pueda encontrar en un diccionario o contenga el nombre de una persona, producto u organización; usar un software antivirus de alta calidad; utilizar un corta fuego para evitar el acceso no autorizado de software malintencionado que pueda acceder al dispositivo a través de la Internet y actualizar todo el software de su dispositivo.
Estas son algunas medidas que deben transformarse en una constante para la protección de datos personales y de una institución. Son hábitos, prácticas e iniciativas por parte de la organización, y sus integrantes, con el objetivo de lograr y mantener la postura de seguridad más saludable posible, enfatizó el académico.
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