Zev Siegl visitó Antofagasta invitado por la UCN para dictar una charla a sus estudiantes.
Zev Siegl, cofundador de la reconocida cadena internacional de café Starbucks, visitó la Universidad Católica del Norte (UCN) para brindar una charla motivacional a sus estudiantes, incentivando sus ánimos de emprendimiento.
“He tenido algo de éxito, pero esto fue gracias a mentores que nos dieron su tiempo a mí y a mis socios cuando iniciamos la compañía. Me acuerdo de eso, de la gente que me apoyó y eso es justamente lo que hago ahora”, contó en la ocasión.
Se trató de un seminario gestionado por la UCN a través del Centro de Emprendimiento y de la Pyme (CEMP) y del laboratorio de emprendimiento USQAI, patrocinado por la Global University Entrepreneurial Spirit Students’ Survey (GUESSS).
¿Qué es lo primero que viene a su mente cuando piensa en Chile?
– Que está demasiado lejos de donde vivo (Seattle, Estados Unidos) pero que también es un hermoso lugar. Estuve aquí hace cuatro años en Santiago, por el festival FIIS (Festival Internacional de Innovación Social). Chile me dejó una impresión positiva, ya que ese festival fue muy interesante, y porque también amo la forma en que se compone el país: sus montañas, la línea costera, el desierto. Creo que es un hermoso lugar.
MOTIVACIÓN A JÓVENES
Una de las cosas que destaca Zev Siegl es la inspiración que dejaron en él las personas que le brindaron apoyo cuando recién inició la cadena Starbucks a inicios de la década de los setentas, lo cual le ha movido a “devolver la mano”.
“He comprometido años de mi vida en ayudar a jóvenes emprendedores. He tenido algo de éxito con mis emprendimientos, pero esto fue gracias a mentores que nos dieron su tiempo a mí y a mis socios cuando iniciamos Starbucks”.
Ha mencionado en otras entrevistas que cuando inició la cadena, fue fundamental el apoyo del dueño de Peet’s Coffee, ¿qué tanto se puede depender de los buenos consejos y cómo saber cuál es el correcto?
-Recién mencionaste al fundador de Peet’s Coffee, Alfred Peet. Fue un hombre de quién escuché en aquel entonces cuando con mis socios queríamos empezar con la compañía. Me puse en contacto con él y propuso que nos reuniéramos, pero para ello tuve que viajar desde Seattle hasta San Francisco, porque allí se encontraba. Nos juntamos un par de veces y después de eso se convirtió en un tutor y mentor, y sin él no creo que pudiese estar hablando hoy día, porque Starbucks habría sido una compañía de café muy distinta sin su influencia. Fue una influencia madura.
¿Qué tan buenos pueden llegar a ser los tutores para el proceso de emprendimiento?
-Tener buenos tutores es vital para quienes inician un negocio, y también lo son después, cuando lo inauguras. Podrías preguntarte “¿por qué inventaría la rueda cuando alguien más ya la inventó?”, puedes preguntarles a ellos cómo lo hicieron. Eso es lo que básicamente pienso, de conocer el proceso y consultar con quienes más saben.
Ahora ¿por qué estoy trabajando particularmente con cada emprendedor?, porque cada uno de ellos es diferente: tienen diferentes trasfondos, diferentes creencias, diferentes ideas. Por lo tanto, todo eso tiene que ser consejos específicos. Un ejemplo. Es muy común para mí trabajar con emprendedores jóvenes que no tienen idea de las matemáticas de negocios, de cómo hacer una proyección financiera o cómo calcular el retorno de las inversiones. Esas son cosas que la gente de negocios necesita saber, así que puedo aconsejarlos en eso y también decirles dónde pueden educarse más sobre ello.
¿Qué diferencia ve entre el emprendedor latino y el norteamericano?
-No veo diferencia realmente. Creo que hay muchas similitudes, pero tal vez las más notorias existan en el mundo de los inversionistas. En Estados Unidos hay organizaciones que brindan mucho apoyo al emprendimiento. En Latinoamérica recién están comenzando con eso. Empiezan a ser más y más grupos de inversores ángeles, hay más y más programas como el de Sky a través de toda América Latina, no en cada rincón, pero sí en muchos lugares. El resultado es que en el futuro habrán emprendedores mejor preparados y también con más conciencia entre los inversores. ¡Es una habilidad! ¡Tienes que aprender a invertir!
¿Es importante el fracaso durante el emprendimiento? Es claro que es contraproducente, pero hay quienes dicen que el éxito está antecedido por este factor.
-Se cree que es buen entrenamiento tener una compañía que ha fracasado, porque entonces aprendes lecciones importantes. No estoy de acuerdo con eso. Creo que sería mejor estar bien preparado, tener un buen plan de negocios y ser exitoso. Es cierto que el fracaso puede ser como un profesor que te ayuda a entender cosas que anteriormente desconocías, pero sería mucho mejor el evitarlo. Además, el fracaso juega un rol de una forma diferente, y es que el miedo que genera pone nerviosos a los inversionistas. Ellos también temen al fracaso, todos nos sentimos preocupados por el emprendedor; los inversionistas no quieren perder su dinero, es vergonzoso.
Usualmente, ocurre que cuando un inversionista invierte en algo que es un fracaso, nunca lo dicen, porque la gente pensará que son unos estúpidos: “no debiste poner dinero en esa compañía”, dirán.
Por lo tanto, es difícil para el inversionista y el emprendedor superar el fracaso. Lo bueno es que el miedo a fracasar los invita a hacer un mejor trabajo de investigación. Tienes que creer que lo que estás haciendo es correcto, y de esa forma harás un mejor trabajo de investigación sobre tu proyecto.
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