La académica Marcela González Pedreros, educadora diferencial y miembro del equipo de Incluye UCN y de la carrera Pedagogía en Educación Diferencial UCN, se refiere a su labor en la Institución y a la situación actual de la discapacidad en la región de Antofagasta.
Marcela González Pedreros, profesional de 44 años, licenciada en Pedagogía en Educación Diferencial de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE) y magíster en Currículum y Evaluación Educativa, ha dedicado su vida a la educación, inclusión y feminismo.
A lo largo de su carrera ha trabajado en programas de integración escolar, apoyando a estudiantes desde la educación parvularia hasta adultos. Y también se ha dedicado a la implementación de programas educativos y a la formación de futuros docentes.
La académica, miembro del equipo de Incluye UCN y de la carrera Pedagogía en Educación Diferencial UCN, se refiere a su labor en la Universidad Católica del Norte (UCN) y a la situación actual de la discapacidad en la región de Antofagasta.
¿Qué estudió y cuál es su labor en la UCN?
Estudié Pedagogía en Educación Diferencial en la UMCE. Me he centrado en la evaluación y currículum educativo. Al llegar a la Universidad Católica del Norte empecé a impartir clases sobre evaluación auténtica y también me desempeñé como tutora de prácticas en la carrera de Pedagogía en Educación Diferencial.
Actualmente, soy parte del equipo de Incluye UCN en las áreas de Apoyo Pedagógico y Psicológico, y Tutorías Inclusivas en Incluye UCN, realizando acompañamiento a estudiantes del programa que lo requieran. Además, soy miembro del cuerpo académico de la carrera de Pedagogía en Educación Diferencial.
MOTIVACIÓN
¿Qué la motivó a estudiar Educación Diferencial?
Comencé a interesarme en la educación diferencial desde pequeña, debido a problemas de aprendizaje. Fui parte de grupos diferenciales en mi vida escolar, ya que tenía problemas de aprendizaje y fonología. Conocí a Patricia Santander, mi profesora de Educación Diferencial y ahí comencé a interesarme por lo que ella hacía. Finalmente, al llegar a cuarto medio, fue mi única opción al postular.
¿A qué situaciones se ha enfrentado como educadora diferencial?
En mi trabajo con programas de integración me he encontrado con estudiantes que tenían dificultades significativas. Recuerdo un caso de un estudiante en sexto básico que no había adquirido el proceso de lectura y escritura. Junto al equipo nos planteamos el desafío de ayudarlo a lograr sus objetivos de aprendizaje, entendiendo que no sólo se trata de lo académico, sino también del contexto familiar y social. El trabajo colaborativo con otros profesionales, como psicólogos y terapeutas, es clave para lograr estos avances.
¿Qué ha observado en la región de Antofagasta en términos de discapacidad?
En la región de Antofagasta existe un déficit de educadoras diferenciales. Esta es la primera carrera de Educación Diferencial en la región, lo que significa un desafío formar profesionales en esta área, especialmente en un contexto donde la educación diferencial aún no está tan posicionada.
Sin embargo, Antofagasta es muy activista en temas de discapacidad. La sociedad civil aquí es muy activa, articulada con los organismos públicos y hay un compromiso fuerte en generar políticas regionales. Sin embargo, aún hay desafíos, especialmente en la visibilidad y comprensión de la educación diferencial.
¿Cuáles son los avances en la educación diferencial respecto de hace 20 años?
Cuando estudié Educación Diferencial no existían las políticas públicas de inclusión educativa actuales. La educación diferencial se centraba en un enfoque médico rehabilitador, enfocado en la persona con discapacidad. Sin embargo, en mi formación hubo un cambio hacia un enfoque biopsicosocial y pedagógico, donde la discapacidad se ve desde un punto de vista educativo.
Este cambio fue un desafío al ingresar al ámbito laboral, ya que las políticas públicas aún estaban centradas en el enfoque médico. Comencé a trabajar en programas de integración escolar, donde aplicamos este nuevo paradigma pedagógico. Desde entonces, he trabajado con estudiantes de diferentes niveles, desde educación parvularia hasta educación de adultos, siempre en programas de integración y en la creación de instancias de formación docente.
Finalmente, ¿qué se viene en su futuro académico y profesional?
Mi desafío académico es seguir fortaleciendo las temáticas de trabajo colaborativo, interdisciplinario y la codocencia. También estamos visibilizando nuestras experiencias en congresos y publicaciones. Próximamente, participaré en un congreso en la Universidad Diego Portales sobre discapacidad, donde presentaremos nuestras experiencias en la UCN.
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