Junto a otros instrumentos de monitoreo volcánico, equipo de gravimetría de nueva generación permite realizar verdaderas “radiografías” de lo que está pasando al interior de un macizo.
El complejo estudio de los volcanes en Chile y el mundo está asociado a encontrar respuestas científicas sobre su formación, distribución y clasificación, además de su estructura, materiales que libera, y su relación con las placas tectónicas. Esta área de investigación busca determinar principalmente cuál es la naturaleza de los volcanes, las causas de posibles erupciones y encontrar precursores para poder “adelantarse” a una posible actividad volcánica.
Para explorar estas características, los volcanólogos exploran diferentes tipos de herramientas de monitoreo, una de ellas la gravimetría. El director alterno de Ckelar Volcanes y académico de la Universidad Católica del Norte (UCN), Pablo Salazar, justamente adquirirá un gravímetro de última generación conocido como CG-6, gracias al Concurso de Equipamiento Científico y Tecnológico Mayor Fondequip 2022 de ANID, que acaba de ser adjudicado.
“Se trata de una generación de gravímetros más modernos y sofisticados que permiten mediciones gravimétricas incluso en condiciones de uso difíciles, porque tienen una muy alta resolución. En Chile hay muy pocos de estos instrumentos para investigación en las universidades y contar con uno fácil de transportar y que incluso permite la gestión remota de los datos, es un gran avance para la volcanología”, aseguró el geofísico de la UCN.
MOVIMIENTO DE MASAS
El experto explica que este equipo de gravimetría mide las diferencias de gravedad que hay entre un punto y otro. Las áreas volcánicas están caracterizadas por fuertes contrastes de masa y/o densidad, además, en periodos de actividad volcánica, es usual encontrar variaciones espaciotemporales del valor de la gravedad, originadas por los distintos procesos magmáticos, que en general involucran cambios de densidad en las cercanías de un volcán.
“¿Ahora, por qué medimos la gravedad en diferentes espacios?, explica el geofísico de la Universidad Católica del Norte: “Básicamente para detectar diferentes masas que hay en el suelo, distintos tipos de rocas, o si hay agua por ejemplo. En el caso del estudio volcanológico, principalmente se usa la gravimetría para ‘ver’ el movimiento de masas como gases y magma al interior de la tierra”, agrega el doctor Salazar.
De acuerdo con el experto de Ckelar Volcanes, la gravimetría junto a otros parámetros e instrumentos de monitoreo volcánico, como los sismógrafos, GPS y medición de gases, permiten realizar verdaderas “radiografías” de lo que está pasando en un volcán, si está activo o comenzará una pronta erupción. “Esa información, especifica el académico, es crucial para indicar si un poblado cercano debe evacuar”.
En la formulación del proyecto financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo y que busca instalar capacidad científica, cubriendo la necesidad país de contar con una infraestructura de mayor envergadura y alcance que albergue equipamiento científico sofisticado e innovador, participaron académicos de la Universidad Católica del Norte, Universidad de Atacama, Universidad de Concepción y Pontificia Universidad Católica de Chile, quienes utilizarán el equipo para dar solución a una serie de problemas a lo largo del territorio nacional.
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