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Nuevo pacto social en Chile

Fecha: 19 noviembre, 2019

Nuevo pacto social en Chile

“La subida del dólar, sin duda, fue la presión necesaria para tomar acuerdos políticos”. Dra. Francis Espinoza F., Académica UCN. Comuna Mercurio de Antofagasta

Uno de los tantos rayados de la ciudad habla literalmente de “falsos líderes”, me imagino que haciendo alusión a la desgastada y desacreditada elite gobernante. El análisis sobre la falta de liderazgos durante esta crisis institucional – ciudadana ha rondado las conversaciones cotidianas y el “habitus asambleístico” de cabildos y reuniones de una sociedad civil hambrienta de discusiones políticas y de profundos cambios en el país.

Sin embargo, no se ha podido dar respuestas a quién o quiénes podrían encauzar esta “primavera chilena”. Pareciera ser que el acuerdo llamado “histórico” que avanza hacia una nueva Constitución podría dar luces de un liderazgo compartido entre los partidos políticos, aun cuando la derecha ha ido poniendo en la agenda pública nombres como Mario Desbordes, el gobierno ha apostado por Gonzalo Blumel y Karla Rubilar, y la izquierda “still at work” ha apostado por los mismos rostros de siempre como presidentes de partidos y gente del parlamento como el senador Jaime Quintana. Todos liderazgos tibios.

¿Será el tiempo de ejercer liderazgos personalizados?, o ¿la ausencia de ellos se deberá a la actual concepción de ésta como una “Postdemocracia” en palabras de Colin Crouch (2000)? En una sociedad postdemocrática se hace uso de las instituciones democráticas, pero éstas sólo constituyen una cáscara formal donde pequeños grupos de élite económica nos gobiernan; en el fondo, las decisiones se “cocinan” en una “arena democrática neoliberal”.

Por otra parte, frente a expresiones de ingobernabilidad, el hecho de transformarse en un líder o lideresa implicaría casi un acto suicida, o una inmolación de contener en las manos una “papa caliente”. Por algo renunciaron la presidenta del Senado, Adriana Salvatierra y de la Cámara Baja, Víctor Borda en Bolivia luego de la salida de Evo Morales del poder. O podríamos pensar en un “liderazgo casual” como el de Brian en la película protagonizada por el grupo cómico inglés Monty Python, “La Vida de Brian”, un mesías aclamado por error y sacrificado por la pugna entre la disconformidad del pueblo y el poder romano institucionalizado.

Efectivamente como dice Léon Dion (1968), podríamos especular en que un buen líder representa un héroe o heroína o un/a hombre/mujer común y corriente, o más aún que estamos viviendo en una sociedad sin liderazgos tangibles. De acuerdo a Masciulli y otros (2008), la falta de liderazgo político “rutiniza” la gobernanza y ésta se convierte en una tecnocracia donde se repiten los patrones de administración política.

En estos momentos de “conversaciones políticas constituyentes”, se ve la urgente necesidad de instaurar nuevas formas de liderar el país, pero no a la usanza weberiana de ‘Herrschaft’: autoridad, dominio, control, sino más teniendo en cuenta la concepción de Parsons y Arendt de que el poder no es algo institucionalizado per se, pero sí implica una acción más cooperativa y comunitaria, pues no necesariamente la escuela anarquista francesa (Charles Fourier) y americana (Henry David Thoreau) habla de la inexistencia de gobierno, sino de la existencia de un buen gobierno con liderazgos éticos.

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