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Proyecto pionero para fortalecer cultura hídrica en Antofagasta

Fecha: 21 marzo, 2014

Proyecto pionero para fortalecer cultura hídrica en Antofagasta

 Iniciativa, que incluye una inversión de 1.300 millones de pesos, favorecerá investigación, difusión y soluciones tecnológicas en torno al uso y aprovechamiento del agua en la zona.

 

Recursos que consideran una inversión de 1.300 millones de pesos, implica la puesta en marcha de un proyecto que busca contribuir a dar solución a los problemas crónicos que implica la escasez hídrica en la Región de Antofagasta.

La iniciativa, impulsada por nuestra Universidad, está orientada a crear una cultura sustentable del agua en zonas de extrema aridez por medio de un modelo de gestión integral de este recurso.

La idea es encontrar respuestas para enfrentar el déficit permanente del vital elemento para favorecer el desarrollo de la minería, industria, agricultura y turismo, entre otras actividades productivas, además de dar solución a los problemas que significa satisfacer el consumo humano diario en el corazón del desierto de Atacama.

La Vicerrectora de Investigación y Desarrollo Tecnológico (VRIDT) de la UCN, María Cecilia Hernández, explica que abordar este proyecto -cuyo lanzamiento está programado para mayo- fue un gran desafío por lo elevado de los montos involucrados y por los compromisos que la Universidad adquiere.

“Es ver cómo hacemos que este tema, que involucra el agua y que es abordado de una manera técnica, lo pudiéramos hacer aún más impactante y que tuviera que ver con la cultura del uso sustentable del recurso hídrico. Llegar no solo a las empresas, sino a la sociedad completa”.

Agrega que la UCN tiene un camino recorrido en esta área. Y que éste es un tema que consideró la formación de un equipo multidisciplinario, el cual tiene su corazón en el Centro de Investigación Tecnológica del Agua en el Desierto (CEITSAZA), pero que involucra a otras unidades, como la Facultad de Ciencias Jurídicas, el Instituto de Políticas Públicas, el Parque Científico y Tecnológico (PC&T); el Programa DeLTA UCN, la Escuela de Arquitectura, el Centro de Estudios en Derecho de Recursos Naturales (CEDRENA); el CEAZA (Coquimbo) y las facultades de Ingeniería y Ciencias Geológicas y de Ciencias de la Ingeniería y Construcción.

“El desafío fue integrar en una mesa a personas con diferentes especialidades y distintos lenguajes, quienes se deben coordinar y llegar a consenso. Lo que finalmente queremos es que a través de un proyecto universitario como éste, enlazado con otros actores de la región, pueda llegar a proponer y presentar propuestas de políticas públicas, que sean tomadas para regular y resguardar el uso del agua”, sostuvo la autoridad.

EJES DE TRABAJO

Los recursos del proyecto fueron aportados en más de un 90% por el Ministerio de Educación, a través de la línea de Convenios de Desempeño que impulsa el MINEDUC; mientras que el complemento corresponde a fondos del Programa de Mejoramiento Institucional (PMI) de la UCN. La materialización de la iniciativa -según lo explica la Gerente del PMI, Yaneska Tapia Lineros- tendrá una duración de tres años, con término a fines de 2016.

Sobre los ejes de trabajo que implica el proyecto, la ejecutiva precisó cuatro puntos centrales, donde el primero es la articulación pública, privada y académica, para detectar los requerimientos del entorno, y poder así generar propuestas de políticas públicas para la región, junto con generar un modelo de gestión integral del uso sustentable del recurso, que permita establecer los lineamientos claves en donde focalizar los esfuerzos. Una segunda arista apunta a crear en la zona una cultura en torno a los recursos hídricos.

“La idea es que las personas tomen conciencia de la importancia que representa el recurso hídrico para la vida, las actividades diarias y el desarrollo de la industria, por lo que trabajar con los niños es una oportunidad para comenzar a generar una cultura, lo que finalmente en el largo plazo tendrá un gran impacto”, enfatizó Yaneska Tapia, quien añade que desde la educación preescolar hasta el pregrado, y continuando con el desarrollo de un programa de magíster, estará siempre presente el tema del agua. El tercer aspecto está relacionado con la creación de soluciones tecnológicas innovadoras, que puedan ser transferidas a la industria y a la comunidad para lograr un mejor aprovechamiento del recurso; mientras que el cuarto eje se orienta a la difusión y al trabajo con comunidades vulnerables.

CREAR CULTURA

La escasez de agua para el desarrollo de la minería, industria, agricultura y turismo, entre otras actividades, además de satisfacer el consumo humano, son desafíos constantes que enfrentan los habitantes de la Región de Antofagasta. Esta situación, que limita el desarrollo de la zona, es analizada por el Dr. Leonardo Romero Aránguiz, Director del CEITSAZA, quien es uno de los investigadores que lidera el equipo de expertos que buscan alternativas para solucionar el problema del agua. “La gente está clara sobre su importancia y la siente como una necesidad vital. Para crear esta cultura vamos a partir desde el párvulo al universitario”, enfatiza el Doctor.

Valora sobremanera el trabajo desarrollado con lo más jóvenes y en especial con los niños, ya sean éstos de establecimientos educacionales de la zona o de iniciativas orientadas a menores como del Programa DeLTA UCN. “Vamos a tener la casa abierta, es decir, abrir los laboratorios para que los párvulos y estudiantes vengan y puedan pasar y experimentar con cosas prácticas. Conocer cómo obtenemos el agua potable o cómo tratamos el agua para recuperarla para el regadío, entre otros usos”.

AGUA DE MAR

Para Romero, el agua de mar podrá suplir al agua dulce en la medida que pueda ser desalinizada y transformada en potable. Agrega que de cierto modo el futuro está en este recurso proveniente del océano. “Si queremos que la minería se proyecte, debe contar con este recurso y el agua dulce ya no la podemos entregar, está al límite.

Si se quiere proyectar la minería hay que mirar al mar”. Sostuvo que con un tratamiento adecuado el agua del Pacífico también podría sostener la actividad agrícola. Ejemplifica que el agua de la cordillera recorre cerca de 300 a 400 kilómetros para llegar a ciudades como Antofagasta y con el agua de mar ya no existiría el problema y el recurso estaría al alcance de la mano.

“Ojalá en el futuro podamos hacer uso de agua de mar en toda la región y no solamente en la costa. Todos los pueblos y ciudades deberían estar abastecidos de agua proveniente del océano en unos años”. Añade que producto de los cambios climáticos, es muy probable que las zonas húmedas se corran y la recarga de los acuíferos sea mucho menor de lo que existen ahora y, en ese sentido, hay que buscar nuevas fuentes de abastecimiento, “como el mar”, concluyó.

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