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Urbanista UCN destaca aspectos arquitectónicos que debiesen preservarse de la Estación Valdivia de Antofagasta

Fecha: 2 marzo, 2022

Urbanista UCN destaca aspectos arquitectónicos que debiesen preservarse de la Estación Valdivia de Antofagasta

Académico de la Escuela de Arquitectura, Dr. Claudio Galeno, destacó detalles que deberían ser conservados del edificio declarado Monumento Histórico Nacional.

“Eran las 5:00 AM de un día de marzo de 1948 (…) debía viajar a la capital para radicarme allí y comenzar mis estudios superiores. El tren partía a las 8:00 AM. La Estación Nueva de tono verde se alzaba sobria y majestuosa. Estaba dividida en dos secciones: una para los viajeros de primera clase, cama incluida. Otra contigua para los de segunda. Cada una con su boletería. A las 6:00 AM la de segunda clase comenzaba a atiborrarse de pasajeros. En la de primera, los viajantes llegaban casi al instante en que partía la locomotora”.
Lo anterior corresponden a las remembranzas de don Floreal Recabarren, el extinto investigador, Caballero del Ancla y exalcalde antofagastino, quien divulgó sus recuerdos de la Estación Valdivia en una columna publicada en una revista del Centro Histórico Cultural Isaac Arce en 2016.

Con casi medio siglo en silencio, hoy en 2022 el edificio de Estación Valdivia aún impone su otrora belleza pese a su falta de mantenimiento. No obstante, su importancia para la ciudad hizo que un proyecto del FCAB la devuelva como museo, por lo cual el urbanista y arquitecto de la Universidad Católica del Norte (UCN), Dr. Claudio Galeno da atisbos de qué elementos debiesen mantenerse de la estructura.
“La Nueva Estación (que es como fue conocida en sus inicios) refleja la arquitectura neoclásica o neopalladiana que estaban haciendo los arquitectos británicos aún en esos años (como se puede ver en la torre-reloj de la Plaza Colón). Es austera, simétrica, con pocos elementos decorativos, pero refleja también la modernidad tecnológica de inicios del siglo XX, cruzada por la economía de medios (producto de la Primera Guerra Mundial), construida principalmente en madera con algunas cerchas metálicas que se pueden apreciar en su interior. Por lo general, conocemos su fachada más urbana, que es muy institucional, y construye un frente rígido a esos terrenos del FCAB, pero por el interior el andén cubierto, se despliega un amable y amplio espacio protegido para los pasajeros que llegaba o abordaban los trenes”, explicó.

1914

La primera estación ubicada en calle Bolívar (hoy, edificio administrativo del FCAB y también monumento histórico) para el inicio del siglo XX ya no daba abasto para el transporte de pasajeros y minerales. Se privilegió los minerales, y para los pasajeros se decidió construir una segunda parada. Aquí comienza la historia. Pensada en 1913, su ejecución logística comenzaría en 1914. Mal año, pues el asesinato de un archiduque en Europa desencadenó una guerra de proporción mundial que retrasó la construcción. Y de paso, quebró la economía nacional.
Al respecto Claudio Galeno, explica que “el diseño se encargó a un arquitecto londinense y su construcción incluiría baldosas de loza, semejante al Banco Mercantil Boliviano -actual edificio ocupado por la PDI en calle Washington- y al del reloj de Plaza Colón”.

Tras una serie de contratiempos producto del conflicto, finalmente se inauguró la Estación Valdivia el 5 de junio de 1916. Sinónimo de elegancia y suntuosidad para cualquiera de sus clases, esta estación estuvo a merced de los servicios del FACB -su empresa mandante- y de Ferrocarriles del Estado, al recibir tras un desvío en la Estación Baquedano, al “Longino”.

¿Horarios? Entre Antofagasta y Calama, la salida diaria era a las 8:00 AM y su regreso a las 16:40; Bolivia, martes y sábado a las 20:20 y llegada los jueves y domingo a las 5:00 AM; Mejillones, a diario salida a las 7:20 y regreso a las 17:00; Longitudinal, salida a Iquique sábados a las 8:00 AM; Santiago, lunes a las 8:00 AM. Los trenes directos iban con servicio de dormitorio y coches comedores.

ACTIVIDAD

Desde su puesta en marcha en 1916, la Estación estuvo operativa por casi 60 años. Hubo altos y bajos. Para la crisis económica de los años 30, producto del “crac del 29” se redujeron costos de operación modificando rutas, restringiendo recorridos y hasta, a veces, suspendiendo el servicio completo. Fue por esta época que un accidente en el patio sur donde se mantenía la estación hizo nacer otro hito de la ciudad.
En julio de 1924, una locomotora que debía partir de madrugada a las salitreras con cargamento de petróleo hizo explosión matando en el acto a cuatro obreros, entre ellos al joven sereno Evaristo Montt, cuya animita es hoy la más conocida y visitada de Antofagasta.

Para los años 30 la crisis era total. La publicación de la revista de Investigación Histórica Isaac Arce, expone que “se suprime el tren diario de Antofagasta a Calama.

De este modo, el tren de pasajeros fue lentamente disminuyendo. Una década más tarde, la estación se había quedado sin público debido a la paulatina clausura de sus servicios”.

En 1975 deja de funcionar el “Longino” y con ello, cesa la actividad de la “Nueva Estación”. El FCAB cercó el edificio y por casi 50 años ha estado impertérrito en su misma ubicación. Más una gestión le da hoy otra oportunidad a la estructura.

MONUMENTO HISTÓRICO

El edificio fue declarado monumento histórico en enero de este año por el Consejo de Monumentos Nacionales. Sobre este hecho, el arquitecto y urbanista de la UCN destaca que “debería preservarse el edificio de la Estación y las cocheras que están más al norte. Ambas reflejan muy bien el periodo glorioso y cosmopolita de Antofagasta de inicios del siglo XX. Sobre las intervenciones debieran ser cuidadosas, en el sentido de que lo nuevo que se incorpore, debiera respetar ciertas dimensiones espaciales, ser austera, y ser distinta, en el sentido de tener claridad de lo que es antiguo y lo que no los es. Un excelente ejemplo es la Biblioteca Regional. Tanto la estación como las cocheras, son estructuras simples y pequeñas, no debieran rellenarse de cosas nuevas, sino preservar su espacialidad, y lo que se necesite nuevo que se haga a una cierta distancia o definitivamente soterrado. La nueva arquitectura que se incorpore, debiera tratar de ser un buen nuevo vecino, sin ser un falso histórico”.

Finalmente, Galeno agrega que el edifico refleja “el periodo glorioso y cosmopolita de Antofagasta de inicios del siglo XX, pero también es un espejo global, porque materializa las ambiciones de los británicos, tanto empresarios como diseñadores, que consolidaban sus inversiones y ambiciones más allá de sus colonias. Por otro lado, está el romanticismo del viaje, del tren que partía a Bolivia, y que muchos importantes personajes tomaron aquí, como por ejemplo el fotógrafo Roberto Gerstmann, muchas personas pasaron por Antofagasta solo porque desde aquí llegaban al corazón de los Andes. Era un tren épico, con momentos reconocidos por su dramatismo, como el cruce sobre el viaducto de Conchi, a 102 metros sobre el fondo del Loa. Luego está la experiencia del Longino, del tren a Salta, de los paseos de fin de curso que partían a Argentina. Muchas historias vienen de la vida en esos trenes y en la Estación”.

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