Academia

La ilusión de la comunicación

Fecha: 20 noviembre, 2020

La ilusión de la comunicación

Comenta Anna Maria Vandini Santunioni, académica del Departamento de Teología UCN.

En su última encíclica, “Fratelli tutti”, el Papa Francisco nos advierte acerca de la ilusión que estamos viviendo. Vivimos una situación en la cual las distancias se acortan de tal manera que, ya no existen. Pero, ¿en qué consiste la ilusión?

Al respecto el Papa nos dice que: “mientras se desarrollan actitudes cerradas e intolerantes que nos clausuran antes los otros, se acortan o desaparecen las distancias hasta el punto de que deja de existir el derecho a la intimidad. Todo se convierte en una especie de espectáculo que puede ser espiado, vigilado, y la vida se expone a un control constante. En la comunicación digital se quiere mostrar todo y cada individuo se convierte en objeto de miradas que hurgan, desnudan y divulgan, frecuentemente de manera anónima. El respeto al otro se hace pedazos y, de esta manera, al mismo tiempo que lo desplazo, lo ignoro, lo mantengo lejos, sin pudor alguno puedo invadir su vida hasta el extremos”.

El sistema digital está hecho de tal manera y actúa con tanta sutileza que es capaz de entusiasmar hasta los más viejos. Tanto es así que es muy común escuchar del elevado número de ”amigos” que hemos conseguido gracias a los medios de comunicación digital.

Lamentablemente pareciera que no nos damos cuenta que nos estamos exponiendo al riesgo de dependencia, de aislamiento y de progresiva pérdida de contacto con la realidad concreta, obstaculizando el desarrollo de relaciones interpersonales auténticas. El Papa Francisco insiste en este punto cuando dice: “hacen falta gestos físicos, expresiones del rostro, silencios, lenguaje corporal y hasta el perfume, el temblor de las manos, el rubor, la transpiración, porque todo eso habla y forma parte de la comunicación humana”.

Quizás nunca más podamos vivir sin las relaciones digitales, ya que éstas nos ahorran del “laborioso cultivo de la amistad, de una reciprocidad estable, e incluso de un consenso que madura con el tiempo”. Las relaciones digitales tienen apariencia de sociabilidad pero no construyen verdaderamente un “nosotros sino que suelen disimular y amplificar el mismo individualismo que se expresa en la xenofobia y el desprecio de los débiles. La conexión digital no basta para tender puentes, no alcanza para unir a la humanidad”.

El desafío que nos espera no es dejar la comunicación digital ya que ésta caminará con nosotros y se perfeccionará cada día más, será más bien cultivarlal encuentro personal y directo con la realidad, con las personas concretas, ´compartir su vida, sus problemas y alegrías y hacer que la fraternidad se convierta en gestos concretos y cercanos.

Créditos imagen: Unsplash

 

 

 

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