Las estudiantes son voluntarias del Centro de Salud Estudiantil.
En Chile, casi 3 millones de mujeres han declarado vivir alguna forma de violencia. Cada 9 días, una mujer es asesinada por su pareja, conviviente o expareja.
Lamentablemente, la región de Coquimbo no ha estado ajena a este alarmante panorama. En lo que va del año ya se han registrado dos casos de femicidios frustrados en la región, vale decir no consumados: el primero en la comuna de Monte Patria y el otro en la comuna de Coquimbo.
El Servicio Nacional de la Mujer y Equidad de Género (SERNAMEG), en convenio con el Centro de la Mujer Rayun, organizaron el Curso de Formación Monitoras en Prevención de Violencia contra las mujeres, cuyo objetivo fue “Contribuir a la prevención, acogida y derivación pertinente de casos de violencia de género contra las mujeres”. Cuatro estudiantes de la Universidad Católica del Norte realizaron este curso: Caroline Robledo C. (Nutrición y Dietética) Paula Ramírez D. (Derecho), Javiera Vargas C. (Derecho) y Lilian Jiménez O. (Derecho), todas voluntarias del Centro de Salud Estudiantil UCN.
El miércoles 10 de agosto se realizó la Ceremonia de Certificación de 14 monitoras y un monitor, líderes y dirigentas pertenecientes a distintas organizaciones de la Comuna de Coquimbo.
Respecto al curso, la estudiante Paula Ramirez señala que les entregó “bastantes herramientas para prevenir e identificar cualquier tipo de violencia. Esperamos poder realizar algún taller dentro de la UCN para poder compartir nuestros conocimientos, y poder aportar a crear una sociedad cada vez más comprometida con este tema. Creo que es muy importante fortalecer la educación contra la violencia de género, que la comunidad conozca los diferentes tipos de violencia que existen y que pueden pasar tan desapercibidos en nuestro día a día, y de este modo poder ayudar en nuestro entorno creando redes de apoyo con las víctimas, de cualquier tipo de violencia (física, psicológica, económica, sexual, obstétrica, en los adultos mayores o en los niños) que sin duda pueden encontrarse mucho más cerca de lo que uno se imagina. Así como las garantías y los mecanismos de ayuda que se encuentran a disposición de las mujeres, en este caso, para la protección contra la vulneración de sus derechos a través de los diversos organismos estatales”.
Caroline Robledo destaca que la “formación como monitora contra la violencia de la mujer me pareció una experiencia de suma importancia para un futuro profesional de la salud, ya que nos permite pesquisar situaciones de riesgo y entregar una atención integral”.
Mónica Castillo, jefe del Centro de Salud Estudiantil, destaca la disposición de las estudiantes, señalando que “asumieron el compromiso de esta formación y su rol de agentes de cambio que cumplen en la comunidad universitaria”.
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