El inglés parece estar inmiscuyéndose en nuestra lengua castellana cada día más.
A modo de ejemplo, un estudio realizado en la cátedra de Lingüística General, mis alumnos descubrieron que en el centro de Antofagasta el ciento por ciento del avisaje publicitario contiene vocablos en inglés. Sin duda la lengua de Shakespeare goza de un prestigio enorme frente a otras y también, no hay que ser muy estudioso ni sabio para darse cuenta que hoy el inglés es la lengua franca.
Creo que hay que seguir cultivando nuestro idioma que es hermoso, romántico, morfosintácticamente rico, con matices dialectales maravillosos. Es lamentable que muchas personas no se expresen bien en su propio lenguaje. La falta de un acervo lingüístico es evidente y se quedan en una simplificación y economía lingüística, la cual se asocia más con la pereza que a lo práctico que puede ser el acto habla.
Necesariamente debo dirigir mi pensamiento a los profesores de idiomas. Los de Castellano o de Lenguaje y Comunicación, tienen una gran responsabilidad: hacer que sus educandos logren las competencias en la lengua materna, no sólo con buenos resultados en pruebas estandarizadas nacionales (SIMCE, PSU), sino que además, se comuniquen eficiente y efectivamente.
La formación de los maestros debe ser de calidad ya que son ellos de quienes la sociedad demanda que sus hijos logren un manejo en la lengua materna como en la extranjera. En este sentido, el estado ha dado un paso significativo. La Ley 20.129 obliga a las carreras de educación a acreditar su calidad. Al respecto, la Universidad Católica del Norte ha dado fe que en la Carrera de Pedagogía en Inglés y Traducción Bilingüe hacemos los esfuerzos necesarios para alcanzar niveles de excelencia y es así que logramos la acreditación por parte de la Agencia AcreditAcción.
Bajo estos escenarios, esperemos que todos seamos capaces de expresarnos impecablemente, ya sea en castellano o en inglés, pero eso sí, ¡sin hacer cambios de código!
Eladio Donoso
Académico UCN
No hay comentarios