Clases se complementaron con trabajo en terreno en un campamento de Antofagasta.
De manera voluntaria, estudiantes de nuestra Universidad se comprometieron a tomar el curso electivo de Emprendimiento e Innovación social, dictado durante el primer semestre por las académicas Mg. Érika Tello, directora ejecutiva de la Pastoral UCN; y Mg.(c) Paulina González, trabajadora social de TECHO Antofagasta.
El propósito del programa de Vocación Social fue fomentar el aprendizaje del área social en aquellos estudiantes que nunca han participado de voluntariado relacionado a campamentos. La idea, como lo señaló Érika Tello, “es que conozcan realidades distintas, que se empapen de las necesidades de los habitantes y les enseñen a plantear sus proyectos para mejorar sus condiciones de vida. A la vez, que se les permita a ellos empoderarse del cómo resuelven sus problemas, sin necesidad de depender siempre de guías”.
Con un 20% de materia enseñada en cátedra y un 80% en terreno, a juicio de los mismos alumnos es una asignatura de la cual “se puede sacar provecho para la vida”.
EVALUACIÓN
Rachel Díaz, quien estudia Ingeniería Comercial, contó que este electivo le gustó porque emprender e innovar son características asociadas a la carrera que estudia. Destaca y recomienda ampliamente a otros alumnos el poder cursarlo si se vuelve a dictar, porque “sin lugar a dudas es una experiencia única, inigualable y absolutamente recomendable. Estar en este proyecto social con las personas que viven en el campamento fue algo nuevo para mí de lo cual aprendí bastante. Por eso creo que en este proyecto todos de cierta forma salimos beneficiados, tanto los pobladores con respuesta y orientación a temas que eran desconocidos para ellos; y nosotros, por la experiencia única vivida en la cual logramos presenciar y compartir un poco de una realidad ajena a la nuestra”.
La joven también sostuvo que la forma en que se llevó a cabo este curso fue bastante eficiente por parte de las mismas profesoras, “las que tenían claridad del propósito por el cual estábamos trabajando, y conocimiento de la realidad vivida por el campamento. Es un curso muy útil para nosotros los alumnos y, a mi juicio, es la asignatura electiva en que se puede sacar mejor provecho y aprendizaje para la vida”.
Por su parte, su compañero Roddy Aguilar comentó que aunque al inscribirse tenía escaza información sobre lo que obtendría de éste, a poco andar descubrió que sería algo enriquecedor, “porque fue una bonita experiencia para mi vida en cuanto a aprendizaje. Agradezco mucho la forma como se realizó el curso y cómo mis profesores supieron llevar con seriedad, humildad, compromiso y dedicación un tema tan importante como es el de riesgo social”.
Agregó que “es necesario según mi opinión que la Universidad no enseñe solamente materias como Cálculo, Física, Álgebra, etc…, sino también temas profundos como los realizados en emprendimiento que ayudan a los estudiantes a fortalecer aún más los valores aprendidos en el hogar. Por eso y más evalúo este ramo con un siete”.
CAMPAMENTO
Para desarrollar los objetivos con los que se planteó el curso electivo, entre los cuales está el empoderar a las dirigentas y familias acerca de sus deberes y derechos como ciudadanos antofagastinos, se decidió realizar el 80% de las clases de forma práctica, es decir, que los alumnos entraran en contacto con la realidad de los pobladores, sus problemáticas sociales. Por este motivo, se escogió un campamento de pequeñas dimensiones, como es el caso del campamento Villa Constancia.
Éste, se encuentra ubicado varias cuadras más arriba de la avenida Padre Hurtado hacia el costado derecho de la Población Villa Constancia. En el lugar existen en total seis casas, donde habitan ocho familias. Cada semana concurrían al lugar los alumnos junto a sus profesoras para enseñarles a los pobladores técnicas prácticas para acceder a cursos, subsidios, análisis FODA, formulación y verificación de proyectos.
En definitiva, era lograr que los habitantes entendieran lo útil que es para ellas organizarse. “También trabajamos la desesperanza que es común en los habitantes de los campamentos, todo esto en conjunto a los alumnos con las dirigentes del campamento”, recalcó Érika Tello.
Karina Ríos y María Ardiles, secretaria y miembro de la organización respectivamente, recalcaron que este curso para ellas y el resto de los que viven en el campamento, les sirvió para guiarlos en la forma de llenar formularios, los que presentaron ante el SERVIU, Municipalidad y TECHO. Ahora solo les resta esperar la respuesta para legalizar y regularizar los terrenos que actualmente ocupan. También contarán con señalización de tránsito y una nueva sede vecinal.
Ambas pobladoras, comentaron finalmente que “nos habría gustado que el curso se prolongara en el tiempo”.
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