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Las mujeres en la Ingeniería

Fecha: 14 abril, 2022

Las mujeres en la Ingeniería

Comenta PhD Isotilia Costa Melo, académica de la Escuela de Ingeniería UCN Coquimbo.

Un conocido historiador brasileño, Leandro Karnal, dice en sus conferencias que los orígenes del racismo contra las personas negras se pueden fechar en el siglo XVI. También se puede fechar el origen del antisemitismo en el fin del Imperio Romano. Pero, de los orígenes del preconcepto contra las mujeres, no se encuentran datos. Las evidencias sugieren que existe desde la Prehistoria.

Las mujeres que ejercen en campos de la ingeniería están en un espacio profesional históricamente asociado a la imagen del hombre. Consecuentemente, es fácil ser blanco del preconcepto más antiguo del mundo.

Comparemos las historias de las primeras ingenieras de dos países, Brasil y Chile. La primera ingeniera de Chile fue Justicia Acuña (1893 – 1980). Hija de un constructor, postuló a Ingeniería Civil en 1919. En 1920 entró a trabajar en la Empresa de los Ferrocarriles del Estado, donde ejerció toda su vida laboral. En 1922 contrajo matrimonio con el ingeniero eléctrico y compañero de universidad, Alfredo Gajardo Contreras, con quien tuvo 7 hijos.

En Brasil, Enedina Alves Marques (1913 – 1981), fue la primera mujer afroamericana que logró titularse como ingeniera en su país. Su madre trabajaba para un delegado que le pagó los estudios fundamentales.

Primero, Enedina se tituló como profesora de básica, después como Ingeniera Civil en 1945. En 1946, comenzó a trabajar como auxiliar de ingeniería en una empresa estatal de construcción civil y entre sus aportes destacan las obras hidroeléctricas. Ella nunca se casó o tuvo hijos.

Aunque el preconcepto contra la mujer sea el más antiguo del mundo, -especialmente en el área de la Ingeniería-, sí es posible contrarrestarlo, dando a conocer las mejoras y cambios impulsados por mujeres, desde la época de Justicia o Enedina.

Pero ¿Cuáles fueron los obstáculos que tuvieron que enfrentar esas dos mujeres?, ¿Qué puertas ellas nos abrieron?, ¿Cuántos de estos desafíos tienen las ingenierías en el día de hoy? ¿Qué podemos hacer (nosotros y nosotras) para disminuirlos y debilitarlos? Las respuestas y acciones en base a estas ciertamente llevarán nuestras hijas y nietas ingenieras a un mundo mejor.

 

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