Marcelo Lufin Varas
Académico del Departamento de Economía UCN
Investigador del Instituto de Economía Aplicada Regional, IDEAR
“Los números absolutos indican que subsisten en la Segunda Región miles de personas afectadas por niveles precarios de logro material y de seguridad humana, que son los aspectos involucrados en las mediciones de pobreza multidimensional”.
En septiembre recién pasado conocimos parte de los resultados de la Encuesta de Caracterización Socio Económica Nacional CASEN 2015 del Ministerio de Desarrollo Social. Su función es realizar una medición del bienestar material de los hogares, para con esos datos desarrollar indicadores de distribución del ingreso, acceso a servicios sociales y pobreza. En la actualidad, la Encuesta CASEN es el principal instrumento de medición socioeconómica para el diseño y evaluación de políticas públicas, así como para analizar la efectividad de las políticas sociales en cuanto a cobertura, focalización e impacto distributivo del gasto social.
Los antecedentes que entrega la CASEN 2015 indican que a nivel nacional la pobreza por ingresos afecta a un 11,7% de las personas, mientras que la pobreza multidimensional (usando la fórmula de 4 dimensiones: Educación, Salud, Trabajo y Seguridad Social y Vivienda) afecta al 19,1%.
Comparados con los resultados de la misma encuesta de 2013, ambos indicadores muestran una caída significativa de 2,7% y 1,3%, respectivamente.
En tanto, a nivel de la Región de Antofagasta, la pobreza multidimensional en personas pasa de un 30,5 en 2009 a un 16% en 2015, situación que ubica a nuestra región en la segunda mejor posición relativa entre sus pares, en cuanto a la reducción de este fenómeno.
Pese a estos logros, los números absolutos indican que subsisten en la Segunda Región miles de personas afectadas por niveles precarios de logro material y de seguridad humana, que son los aspectos involucrados en las mediciones de pobreza multidimensional.
Un análisis detallado para Antofagasta de los indicadores en cada dimensión, muestra las complejidades y desafíos que como región enfrentamos.
Para el caso de la Dimensión Educación, el indicador de menor logro es la escolaridad, donde el porcentaje de hogares carentes alcanza al 22,6%, lo cual, pese a su alto valor, nos ubica en la mejor posición relativa comparado con otras regiones y el país (la media nacional es 30,2%).
Para la Dimensión Salud, la mayor debilidad regional se observa en el indicador de Adscripción al Sistema de Salud, con una carencia de 7,3%, cifra por sobre la media nacional de 6,1%, lo que nos relega al décimo lugar.
Para la Dimensión Trabajo y Seguridad Social, la mayor debilidad está en el indicador de Seguridad Social, con una carencia del 23,3% de los hogares, siendo la media nacional de 32,3%, lo que nos sitúa en el primer lugar con mejor desempeño relativo entre las regiones.
La Dimensión Vivienda, a su vez, presenta el mayor déficit en el índice de Habitabilidad, con un 25,5% versus el 19% del promedio nacional. Esto nos coloca en el último lugar entre las regiones.
Finalmente, la CASEN 2015 incluye una nueva Dimensión de Entorno y Redes, donde la mayor carencia se encuentra en el indicador de Seguridad, con un 15,2% de hogares carenciados contra el 11,1 % nacional. Esto nos ubica en el penúltimo lugar del ranking regional.
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