Paulina González Tello
Coordinadora de Vocación Social, Pastoral UCN
Cuando se concluye una obra, en muchas ocasiones se olvida el esfuerzo exigido, la voluntad puesta y el tiempo dispuesto para alcanzar la finalidad. Pero tales detalles no pueden olvidarse, considerando la comunión de los espíritus que estuvieron involucrados en la tarea.
Hace algunos días, inauguramos las obras de refacción de la sede del campamento Nuevo Amanecer Latino, ubicado en el macrocampamento de Los Arenales de Antofagasta, un sector con el que tenemos contacto desde 2017.
Ellos nunca han tenido nada fácil y todo se puso cuesta arriba con la llegada de la pandemia de coronavirus, que les exigió una capacidad de organización para poner en marcha las ollas comunes que hicieron frente al hambre y a la inseguridad alimentaria que amenazaba a la comunidad.
Eso nos obligó a que el año 2020 ejecutáramos este proyecto de forma telemática. Y fue posible. Gracias a las asambleas online, los vecinos manifestaron su interés y aprobación por la ejecución de las reparaciones de la sede. Ese espacio les permitiría mejorar las condiciones operativas de las ollas comunes y les daría pie para nuevas iniciativas a futuro.
Todo esto puso de manifiesto la capacidad de autogestión de los vecinos.
El contar con un espacio físico de encuentro permite reforzar una identidad a partir no solo de las necesidades que emergen sino también de aquello que es soñado por quienes la conforman, convirtiéndose en el domicilio social común.
Este proyecto contó con la asesoría profesional y técnica de la Escuela de Arquitectura UCN y el acompañamiento de los profesionales de la Dirección General de Pastoral y Cultura Cristiana de nuestra Universidad; mientras que la organización y ejecución del proyecto estuvo liderado por la propia dirigencia y la comunidad, que son los protagonistas del proceso.
Es por eso que es tan relevante promomer la apertura de las redes, entendido como un sistema de vínculos, entre nodos, orientados hacia el intercambio de apoyo social.
De esta manera, el proyecto coloca sus intenciones no solo en lo que se ve, en lo evidente como necesidad básica para la continuación de distintas actividades, sino también como un espacio físico que permitirá gestar relaciones y volver a establecer un sistema de relaciones, reconociendo una historia en común, y desde lo común visualizar los intereses, problemáticas y desafíos que se avecinen.
El contar con una sede social mejorada permitirá dar espacio para las reuniones organizativas de las dirigencias, la vinculación con otras redes del aparato público, privado y del tercer sector, el funcionamiento en la presencialidad de los proyectos de tutorías educativas, prácticas sociales, Aprendizaje Más Servicio (A+S), diplomas, talleres y escuelas de lideresas, entre otros, ejecutados por la Pastoral UCN.
No tengo dudas de que en esta sede comunitaria mejorada se escribirán nuevas historias y cuyos protagonistas estarán literalmente grabados en las paredes de este espacio que será testigo del desarrollo comunitario tan distintivo de nuestro Amanecer Latino.
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