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Las competencias de un director de proyectos

Fecha: 21 noviembre, 2013

Boris Heredia

Las competencias de un director de proyectos

Boris Heredia Rojas

Académico UCN – Dpto. Gestión de la Construcción

Director Ejecutivo Magíster en Gestión Integral de Proyectos

 

Una de las variables clave para la consecución de iniciativas competitivas

Las competencias personales se demuestran con la evaluación del comportamiento en todo el ciclo de vida del proyecto.

Recientemente, el Ministro de Minería, Hernán De Solminihac, anunció que la proyección de la inversión minera en nuestro país aumentó a US$112.600 millones para el periodo 2013-2021, un 8% más que la última estimación (noviembre de 2012). A su juicio, esto demostraría que los proyectos no se han caído, sino que se han postergado.

Las razones esgrimidas para estos retrasos serían problemas internos de las compañías como el financiamiento, complicaciones ambientales o decisiones en la definición de proyectos para hacerlos “más competitivos”.

¿Qué significa tener “proyectos más competitivos”?

Un proyecto competitivo tiene la capacidad de lograr los objetivos y metas establecidas durante todo su ciclo de vida, de manera de agregar valor al producto resultante, a la organización dueña del proyecto y a todas las partes interesadas, incluyendo al medio ambiente y la comunidad.

Investigaciones nacionales e internacionales han demostrado que, en general, los proyectos fracasan porque no han sido bien definidos en su alcance, no existe una sistematización de sus procesos de gestión, falta una definición clara de las responsabilidades, existen errores en la estimación de tiempo y costos, no hay o se realiza un ineficiente análisis de los riesgos, y no satisfacen los requerimientos legales ni de los clientes. En definitiva, por una total falta de aplicación de un efectivo proceso de gestión de proyectos.

Para ello, se necesitan profesionales y equipos que tengan desarrolladas competencias medidas a través del saber (conocimiento), saber hacer (habilidades) y saber ser (actitudes), en la disciplina del Project Management o Gestión de Proyectos. En la actualidad, las organizaciones que más importancia le dan al capital humano y a su formación, generan mayores probabilidades de éxito para alcanzar sus objetivos estratégicos, directamente relacionados con la competitividad de sus proyectos.

Gran parte del éxito se debe a las competencias del Director del Proyecto. Debe tener competencias no sólo en el campo técnico del proyecto (minería, construcción, educación, salud, manufactura, servicios, etc.), sino que debe demostrar que es competente para gestionarlo en todas las fases del mismo (estas competencias se denominan de desempeño), además de otras competencias personales o actitudinales que le permitan desenvolverse y comportarse adecuada y pertinentemente en la gestión del proyecto.

La competencia de conocimiento se demuestra con la aprobación de un proceso formal de educación superior (de pregrado o postgrado) y puede ser complementada con una certificación profesional en gestión de proyectos. La competencia de desempeño se demuestra con la evaluación de acciones consideradas relevantes de acuerdo con las mejores prácticas, además de analizar los resultados obtenidos en la evaluación en la etapa de cierre de los proyectos. Es decir, mediante la validación de la experiencia y su desempeño significativo. Finalmente, las competencias personales se demuestran con la evaluación del comportamiento en todo el ciclo de vida del proyecto.

En este contexto, la Universidad Católica del Norte, a través de su Magíster en Gestión Integral de Proyectos (acreditado por 7 años por Acredita CI del Colegio de Ingenieros de Chile) entrega un programa de especialización que amalgama dos de las tres competencias requeridas por el Director de Proyectos, tanto en su competencia en la disciplina del Project Management como en sus competencias personales, a través del desarrollo de habilidades de liderazgo, construcción de equipos, ética, comunicación efectiva y resolución de conflictos y negociación. Con esto, queremos aportar en la formación de Directores de Proyectos que asuman un rol protagónico para tener proyectos más competitivos y lograr un impacto sostenible en el desarrollo del país y de su sociedad. No en vano las regiones del norte de Chile deberemos gestionar proyectos de más de 100.000 millones de dólares en los próximos 8 años.

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