Dr. Rodrigo Alda Varas
Rector UCN
“Debemos aceptar que estamos en una época de cambios y que las soluciones pasarán por el desarrollo de la empatía y el diálogo efectivo”.
Desde que nació en 1956 la Universidad Católica del Norte ha tenido como foco prioritario el desarrollo de las personas que habitan el territorio nortino, un desafío nada de sencillo considerando que vivimos en un país altamente centralizado.
Tal aspecto tiene a la base un componente estructural, porque nadie puede tener dudas de que las regiones del Norte han padecido mucho más que el resto de la nación los negativos efectos de esta realidad.
Hoy, la región Metropolitana concentra aproximadamente el 50% del PIB y recién le sigue la región de Antofagasta, con aproximadamente el 10%. Además, Santiago concentra el 40% de la población, más una oferta cultural, deportiva y de calidad de vida que parece opacar y ahogar el desarrollo de las provincias.
Como ustedes saben, todo es más difícil cuando no estamos en la región Metropolitana, cuestión en la que no hay determinismo, sino una interpelación a cambiar, la cual será exitosa si concordamos una evaluación y un camino a seguir.
Nadie sobra en la región de Antofagasta. Todos son valiosos y estamos movilizados para entregar nuestros mejores esfuerzos y no replicar al interior de nuestra región el centralismo que hemos criticado.
Desde ese punto de vista estamos muy contentos con el resultado obtenido en el Ranking de las Mejores Universidades de Chile, elaborado por América Economía, el que nos ubica entre los 10 mejores planteles del país. Es un orgullo y una enorme satisfacción -más allá de la institución que lidero- para todo el norte, que es el espacio que representamos y donde nos desarrollamos.
Estamos convencidos de que la principal riqueza de cualquier territorio son las personas y aquí en Antofagasta, en San Pedro de Atacama, Calama, Mejillones, Taltal, Tocopilla, Ollagüe, María Elena y Sierra Gorda; y también en Coquimbo, La Serena, Arica, Iquique y Copiapó, estamos repletos de talentos en el emprendimiento, la cultura, el deporte, la educación, las ciencias y la investigación.
El Norte es como un milagro, donde la inteligencia, sabiduría y paciencia de mujeres y hombres han generado cultura desde hace miles de años y hoy significan una esperanza para el resto del país. El Norte es minería, pero también es una enorme esperanza contra el cambio climático, con el desarrollo de las energías renovables no convencionales. De aquello nos tenemos que hacer cargo.
Hace algunos días conocimos que las universidades son las instituciones que más credibilidad tienen en la población regional, de acuerdo con los antecedentes recogidos por el Instituto de Políticas Públicas (IPP). Tenemos que responder a esa responsabilidad, generando más oportunidades para todos y todas, con respeto al medio ambiente y pensando en las próximas generaciones.
En esa línea, y asumiendo que el momento del país nos tiene con interrogantes y definiciones políticas muy importantes, debemos aceptar que estamos en una época de cambios y que las soluciones pasarán por el diálogo, el encuentro y el fortalecimiento de las personas en todos los territorios, no solo del centro; proceso en el cual las universidades regionales tienen una gran responsabilidad.
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