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A la Comunidad Universitaria

Fecha: 24 agosto, 2018

A la Comunidad Universitaria

Estimada Comunidad Universitaria:

Hemos retomado el rumbo de nuestra Institución, luego de un periodo de paralización en el cual experimentamos un proceso muy complejo, que puso en evidencia una crisis en cuanto al injusto trato que tradicionalmente se les daba a las mujeres.

Este trato era el reflejo de una sociedad donde históricamente se ha discriminado al sector femenino en aspectos como su participación en la sociedad, acosos, abusos e injusticias en los salarios y en la distribución del poder; lo que se suma a una segregación hacia las minorías sexuales.

Sin duda que este entorno llevó a un proceso que ha resultado doloroso para la Comunidad UCN, la que se vio afectada y vulnerada en su totalidad.

Resulta evidente que en nuestro país muchas mujeres han sido víctimas de condenables actos de violencia y exclusión, lo que llega a extremos como que muchas de ellas han perdido la vida a manos de sus parejas, como lamentablemente podemos constatar con cierta regularidad en la prensa.

Hasta antes de las movilizaciones, nuestra Institución, al igual que las otras universidades del Consejo de Rectores, estábamos desarrollando un proceso de visibilización del tema de género al interior de nuestros respectivos planteles. Sin embargo, debemos reconocer que este proceso no fue lo suficientemente rápido.

No obstante ello, si bien consideramos justo lo planteado por el movimiento feminista que se ha producido en las universidades, no compartimos la forma en que este se ha manifestado, especialmente por las tomas, las cuales resultan muy dolorosas para quienes integran la Comunidad Universitaria y que vieron vulnerados sus derechos en sus lugares de trabajo y de estudio.

A pesar de esto, quisiera destacar un elemento importante que hemos experimentado en este último tiempo como Comunidad UCN: el diálogo. Y no solo entre las estudiantes y las autoridades de Rectoría, sino también por las conversaciones entre los estamentos estudiantil, académico y de personal de apoyo a la academia, en las unidades en que se presentaron problemáticas y situaciones que afectan al estudiantado y comunidad en general, desde la perspectiva de género.

Como equipo de Rectoría, y junto al resto de las autoridades de la UCN, tenemos que cumplir con lo declarado en la Carta Abierta y en el Preacuerdo que elaboramos en pleno desarrollo de la pasada crisis, en cuanto a abordar las temáticas de las estudiantes e implementar medidas, respetando siempre las instancias institucionales existentes.

Junto con ello, debemos reflexionar en torno al compromiso que muestran todos quienes integran la organización al momento de involucrarse en la búsqueda de las soluciones que requieren periodos de desencuentro como el que acabamos de experimentar.

También quisiera destacar que nuestra Universidad es una Institución Católica y que mi deber es respetar los principios de quienes la fundaron, que no son otros que los del Humanismo Cristiano y todo lo que implícitamente de allí se desprenda, en especial el respeto por la persona humana.

Como católicos debemos ayudar a construir una sociedad basada en el amor, en el respeto al prójimo y en la no violencia; a respetar nuestros valores de la Libertad, la Justicia y la Verdad; destacando siempre la Misericordia.

En este sentido, lamento profundamente el daño causado a las mujeres que en los 62 años de nuestra historia se han visto vulneradas de una u otra forma, así como también lamento que no se respeten los derechos de la Comunidad Universitaria en general cuando se producen manifestaciones de fuerza que impiden el normal quehacer de la UCN.

Esto último, da cuenta de un insuficiente trabajo como Institución para implementar mecanismos permanentes y participativos en relación a la prevención y resolución de conflictos, y que se sustenten en el diálogo y el respeto mutuo.

Finalmente, invito a nuestra Comunidad Universitaria a aplicar estos principios en la convivencia diaria, para mantener así la Identidad UCN, la cual se ha forjado y mantenido con mucha nobleza a lo largo de más de seis décadas y que ha sido capaz de resistir todas las situaciones que han acontecido desde su creación, moldeando para bien a todos quienes pertenecen o han formado parte en algún momento de sus vidas, a nuestra querida Universidad Católica del Norte.

Jorge Tabilo Álvarez

Rector Universidad Católica del Norte

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