Comenta la académica Carolina Salinas Alarcón, Secretaria de Género de la UCN Sede Coquimbo.
Como sociedad estamos viviendo un momento sensible y crítico, que entrega la oportunidad de producir cambios que no solo influyan en el discurso o en la toma de conciencia, sino en la conducta de las nuevas generaciones para que integren la perspectiva de género a sus vidas.
Así lo afirma la académica Carolina Salinas Alarcón, Secretaria de Género de la Universidad Católica del Norte, sede Coquimbo, quien, a propósito de la Conmemoración del Día Internacional de la Mujer, abordó la situación de las mujeres en el contexto de la pandemia, y el por qué los avances en materia de género son aún insuficientes en Chile.
¿Qué rescata de este tiempo atípico que ha generado grandes desafíos para que las mujeres puedan equilibrar su vida laboral con la profesional?
“Una de las cosas que se ha conversado mucho es que no podemos avanzar como sociedad sin una buena política del cuidado, dado que cuando se trata de cuidar a los niños, niñas, adolescentes, personas con enfermedades y adulto mayores en el 90% de los casos lo ejercen las mujeres, y a ellas mismas se les pide que tengan un desarrollo profesional, una producción científica, y publicaciones.
Y estas barreras, que son propias de la cultura, se reproducen en la academia, si no nos ocupamos de tener perspectiva de género en los procesos al interior de las instituciones universitarias.
Por otra parte, el confinamiento dejó en evidencia lo que estaba pasando al interior de los hogares, no solamente en cuanto a que las mujeres nos hacíamos cargo de múltiples labores, sino también las situaciones de violencia, que sabíamos que existían, pero que estaban ocultas bajo la mirada cultural de ´en casa se lavan los platos sucios´.
Esto hizo que se incrementaran las denuncias y consultas, y se conocieran realidades imposibles de ignorar. En otras palabras; podríamos decir que con esta pandemia se pudo ver claramente que las mujeres somos las sostenedoras de un sistema, y para que ese sistema funcione estamos ahí, con un alto costo a nivel familiar, personal o profesional, mientras que hay poca protección por parte de las instituciones en general”.
¿Cree que a partir de este momento histórico van a surgir cambios relevantes en torno al rol de las mujeres en la sociedad, y en cuanto a la equidad de género en el país?
“Considero que estamos en un momento bastante sensible y crítico donde tenemos la oportunidad de hacer cambios que puedan impactar en las futuras generaciones.
Obviamente que soy optimista en pensar que existen posibilidades de generar cambios reales y relevantes en cuanto al rol de las mujeres pero más allá de eso, es el reconocimiento que el Estado y las instituciones le hacen a la mujer, para avanzar en políticas públicas que permitan la igualdad de género
Próximamente vamos a elegir a quienes van a escribir una nueva Constitución para Chile y tenemos la oportunidad real de generar cambios relevantes en nuestra historia, sociedad y cultura para a través de la paridad y perspectiva de género”.
Si nos enfocamos en el mundo académico, y especialmente en el área de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación –CTCI–, ¿cree que es posible alcanzar la equidad de género?
“Alcanzar una equidad de género en este ámbito es una meta a largo plazo. Creo que es posible, pero no es fácil, además involucra muchas voluntades y es un camino que tiene varios peldaños.
El primero sería reconocer como una necesidad la equidad de género, luego de eso tener un lenguaje común, y de ahí formarse en temáticas de género, entender a qué nos referimos cuando hablamos de barrera, de brecha, de piso fangoso o techo de cristal que son conceptos que se utilizan para poder graficar las dificultades que tenemos las mujeres en el avance de una carrera académica, ya que si bien existe una gran porcentaje de mujeres participando en la academia, ¿cuántas de ellas están en cargos tomas de decisiones? o cuántas pueden acceder a cargos académicos, a ser profesoras titulares, etc.
Existen brechas y barreras que tenemos que derribar, pero ciertamente que ha habido un avance muy importante y es totalmente posible en tanto se unifiquen voluntades para trabajar en políticas de conciliación de la vida laboral y personal, ajustar las condiciones de contratación y los requisitos para desarrollar una carrera académica.
Encuentros entre universidades
A principios de año se realizó el Conversatorio interuniversitario “¿Es posible la Igualdad de Género en CTCI?”, el cual fue apoyado por el Centro de Innovación Metodológica y Tecnológica, CIMET, y Carolina Salinas Alarcón fue la representante por parte de la UCN.
Convocado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología, en conjunto con Comunidad Mujer en el marco del proyecto Huella de Género, la instancia fue enriquecedora para el intercambio de experiencias y acciones que han funcionado para instalar la perspectiva de género en las casas de educación superior.
La académica Salinas Alarcón, resaltó que la conclusión más importante de este encuentro fue que es posible avanzar en equidad de género al interior de la academia.
En tanto, la segunda, conclusión fue reconocer que en todas las etapas desde que una mujer ingresa a una formación de pregrado y hasta su desarrollo profesional o académico, existen sesgos, -vocacionales, de trayectoria académica, visibilidad e incluso de financiamiento de proyectos-, “y es importante detectarlos, además de generar políticas que permitan eliminarlos a mediano y largo plazo”.
Otra conclusión fue la posibilidad de ver que a nivel nacional se presentan las mismas situaciones. “Esto es una realidad que no es de una universidad o región en particular, es transversal, y la estamos abordando con las distintas unidades o direcciones de género”.
“Es motivante y prometedor saber que existe un espíritu de colaboración para compartir cuáles han sido las medidas que han sido exitosas para ir avanzando de manera articulada y ojalá colaborativa en estas políticas de género al interior de las instituciones de educación superior”, apuntó.
Texto: Johana Fernández
Imagen: Cedida
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