“Nitrincola arsenitoxydans” fue la denominación ganadora del concurso organizado por la UCN para identificar a microorganismo que habita en los salares del norte de Chile.
La bacteria “Nitrincola arsenitoxydans” es originaria del Salar de Ascotán y es capaz de vivir con la energía que obtiene del arsénico. Su denominación fue elegida a través de un concurso en el que participaron escolares de distintos establecimientos educacionales de Antofagasta y del Programa DeLTA UCN.
El primer lugar del certamen, organizado por nuestra Universidad, fue para la estudiante Natalia Hidalgo Pavez, quien al momento de participar en el evento cursaba el séptimo básico en el Colegio San José de la capital regional.
“Me gusta la biología y me encantaría enseñar esta disciplina en el futuro”, resaltó la escolar, quien señaló que su inspiración para encontrar un nombre apropiado surgió luego de investigar a través de internet, tomando como referencia otros microorganismos.
El segundo puesto fue para la alumna Javiera Altamirano Garrido, del mismo establecimiento; mientras que en la ceremonia también recibieron reconocimientos un grupo de ocho menores por su destacada participación en el concurso.
MICROORGANISMO
La bacteria en cuestión fue descubierta por científicos del Centro de Biotecnología “Profesor Alberto Ruiz” de la UCN.
La Directora de esa unidad, Dra. Cecilia Demergasso, explica que se trata de un microorganismo que se caracteriza por vivir en condiciones que son consideradas extremas para la sobrevivencia de los seres humanos.
“Lo excepcional de esta bacteria es que vive de la energía del arsénico, usa los minerales, así como nosotros utilizamos los azúcares y el oxígeno. Es un microorganismo de ambientes salinos presente en el norte de Chile”, aclara la investigadora.
Añade que la idea de impulsar el concurso “Buscando un nombre para nuestro microorganismo”, se insertó en el contexto de un proyecto Fondecyt y de Movilidad de Estadías Cortas (MEC), el cual tiene entre sus objetivos difundir a la comunidad el conocimiento adquirido respecto del patrimonio y el capital natural de la zona.
“De esta manera, los estudiantes participan de nuestra alegría y de la responsabilidad de ponerle un nombre. Éste, debe cumplir con las normativas para la denominación de microorganismos nuevos”, señala.
La Dra. Demergasso explica que el trabajo con la bacteria comenzó en el periodo 2011-2012, hasta que se obtuvo una caracterización más clara y se supo que la bacteria era diferente a otras registradas en las bases de datos. Agrega que por las cualidades de este microorganismo también podrían tener algunas aplicaciones prácticas, como es su posible utilización en la descontaminación en ambientes salinos.
“A los niños les mostramos fotos, les indicamos el lugar donde la habíamos obtenido y les presentamos al equipo que había trabajado en su aislamiento. Les dimos todos los elementos y características para que ellos pudieran ponerle un nombre”, acotó.
El Concurso “Buscando un nombre para nuestro microorganismo”, incluyó la participación de escolares de distintos establecimientos educacionales, como la Escuela Gabriela Mistral, el Colegio San José y la Escuela Japón, entre otros.
Además, consideró la presencia de los menores que forman parte del Programa DeLTA UCN, cuyo Director, Ramiro Vargas Meza, valoró esta novedosa forma de aprender donde, según dijo, se “modelan los futuros científicos”.
El jurado encargado de seleccionar la propuesta ganadora estuvo integrado por especialistas de alto nivel, como el investigador Carlos Pedrós-Alió, del Centro de Investigaciones Marinas de Barcelona; la Dra. Violaine Bonnefoy, del Centro Nacional Francés de Investigación Científica; y el Director del Centro de Investigación y Desarrollo de Talentos Académicos, DeLTA UCN, Ramiro Vargas Meza.
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