Socióloga María Emilia Tijoux abordó el tema “Solidaridad versus Deshumanización: Pensando en la Persona Migrante en Chile”.
Tras dos años de actividades mayoritariamente online producto de la pandemia y en un ambiente de expectación luego de la vuelta a la presencialidad, la Facultad de Humanidades de la Universidad Católica del Norte (UCN) realizó la ceremonia de inauguración del año académico 2022, dando la más cordial y afectiva bienvenida a las y los estudiantes.
La actividad se desarrolló en el auditorio Andrés Sabella de la Casa Central y fue un espacio para la discusión y reflexión sobre fenómenos sociales, además de temas de actualidad y contingencia, los que se enmarcan en gran medida dentro de las líneas investigativas que reúnen a las carreras asociadas a las humanidades.
Participó el rector de la UCN, Dr. Rodrigo Alda Varas; y la decana de la Facultad de Humanidades, Dra. Mónica Guzmán González; con la intervención especial de la doctora en sociología, María Emilia Tijoux, quien dictó la conferencia “Solidaridad versus Deshumanización: Pensando en la Persona Migrante en Chile”.
CEREMONIA
El rector Alda dio su discurso de bienvenida, oportunidad en la que destacó el aumento sostenido de las matrículas en las carreras de pregrado en los últimos dos años, cuando la pandemia se encontraba en su apogeo.
“Este año, la UCN matriculó a 2.103 estudiantes, una cifra superior a los 1.949 del 2021 y los 1.072 del 2020. De una u otra manera, estamos llegando a una parte de la normalidad completa; hasta coinciden los números de estudiantes que estamos incorporando hoy”, resaltó.
Dado ese contexto, hizo un llamado a la comunidad educativa universitaria a considerar el proyecto educativo, cuyo foco principal es la persona y la figura del estudiante como su centro; y en el irrestricto deber de protegerlos hasta el término de sus carreras, especialmente para las generaciones 2020 y 2021 que no conocían la universidad físicamente y que ya iniciaron un nuevo ciclo presencial dentro de las aulas.
“Es muy emocionante ver cómo nuestra universidad, en cada uno de sus rincones, va incorporando la vida que significa la presencia de los estudiantes de manera presencial. Es indescriptible lo que uno puede sentir cuando vimos el lunes pasado llenarse de vida cada uno de los espacios de nuestra universidad, para volverse real la vida universitaria”, manifestó.
Luego fue el turno de la decana Mónica Guzmán, quien enfatizó en la importancia de retomar este tipo de actividades para el reencuentro, el conocer, y el reconocer, en la búsqueda de “construir un sentido de comunidad, credibilidad y pertenencia a un proyecto en común, como son las humanidades”.
Invitó a las y los estudiantes presentes a ser parte activa de nuestra casa de estudios y de la facultad, como también a participar de los espacios de encuentro, a ser protagonistas dentro de los procesos formativos, y a construir vínculos entre sí. “Es especialmente valioso y significativo contar con una competencia que aborda la migración como un proceso humano complejo, que exige transformaciones a la sociedad, particularmente por la difícil situación actual en derechos humanos que atraviesa la experiencia de ser migrante, o refugiado, debido a procesos de desplazamiento forzado producto de la violencia política, de la crisis económica que acaece en América Latina y, por qué no decirlo, en el mundo por la guerra en curso”, puntualizó.
SOLIDARIDAD
Posteriormente, la socióloga María Emilia Tijoux reflexionó con su intervención “Solidaridad versus Deshumanización: Pensando en la Persona Migrante en Chile”, espacio en el que analizó el tema de la migración como un proceso que requiere ser mirado desde una dimensión humana.
Hizo una radiografía sobre este fenómeno, basándose en la historia y en las relaciones bilaterales que Chile ha sostenido con sus países vecinos, estableciendo que la situación actual en materia de derechos humanos, tanto en Latinoamérica como en el mundo, es de suma complejidad. En esa línea, subrayó que hoy emigrar al territorio nacional significa “dejarlo todo y no encontrar nada, o muy poco”.
La conferencista expuso que presentar al inmigrante de manera negativa construye un sentido común, además de políticas, en el entendido de que el foráneo no es parte de lo nacional. Ante esto, exhortó a los oyentes a que entiendan la migración como un derecho humano, reconocido por la normativa internacional.
El transcurso de la charla repasó los conceptos de raza, racismo, racialización, sexualización, interseccionalidad y solidaridad. En este último hizo hincapié, ante la deshumanización que significa “mirar al migrante como un enemigo”.
“Deshumanización no es solo un residuo que sobrevive a la modernidad racional en el plano moral, como en los derechos humanos. Ella acompaña a los procesos de humanización, que supone al sujeto separado del objeto, y está presente en las transformaciones contemporáneas”, planteó.
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