“El petróleo barato se acabó”, señaló tajante el físico teórico español, Dr. Antonio Turiel, al comentar el escenario futuro que enfrentará la humanidad en torno a la disponibilidad de fuentes de energía no renovables.
El científico expuso en el Congreso del Futuro Antofagasta 2017 junto a otros investigadores de renombre internacional, abordando temas de gran interés para la zona en áreas como astrofísica, nanotecnología, migración, organización social e innovación, en una cita desarrollada en la Biblioteca Regional.
El encuentro fue organizado en Antofagasta por la Seremi de Gobierno, la Universidad Católica del Norte y la Universidad de Antofagasta, contando con el apoyo de instituciones como la Secretaría Regional Ministerial de Educación, el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, y la Biblioteca Regional, además de distintas empresas.
El investigador ibérico y experto mundial en la materia, indicó que gran parte del petróleo producido en la actualidad es utilizado para extraer más de este combustible. Citó como ejemplo el caso de Arabia Saudita, país que destina casi la mitad de su producción solo para mantener su industria de hidrocarburos.
Si bien aún quedan reservas del denominado “oro negro”, estas son cada vez más caras de explotar y, por lo tanto, son menos rentables, explicó el académico, quien advierte que en 2018 estaremos llegando al máximo de la capacidad de la energía no renovable a nivel global, en lo que se incluyen recursos como el petróleo y el carbón, los que en conjunto suman más de la mitad de las fuentes energéticas utilizadas en la actualidad.
“La producción va a ser cada vez más pequeña”, afirma, junto con indicar que esta tendencia se mantendrá en las próximas décadas, “por lo que debemos aprender a vivir con una menor cantidad”.
ALTERNATIVAS
Al referirse a las alternativas energéticas del futuro, el académico señaló que a largo plazo la energía utilizada deberá ser en un 100% renovable, con alternativas como la hidráulica, eólica y solar, entre otras.
No obstante, agrega que este cambio no se está realizando a la velocidad requerida. “La transición es un proceso que llevará décadas”, sostuvo, ya que los incentivos, en especial los económicos, son insuficientes a corto plazo.
REALIDAD CHILENA
El experto también se refirió a las ventajas y desafíos que debe asumir Chile en esta materia. En este escenario, recomendó que lo primero que tiene que hacer el país es desarrollar un plan de transformación de su propio consumo energético, y asumir que las actuales líneas de aprovisionamiento se van a mantener en una escala de tiempo de 10 a 20 años y, en ese sentido, hacer un esfuerzo importante para migrar a fuentes de energía renovables.
Planteó que Chile tiene un potencial energético renovable considerable, “si lo aprovechan bien, con recursos significativos, y un nivel de población que es aceptable para intentar autoabastecerse. Para eso, dijo, el país debe tener una estrategia definida para los próximos años, y no guiarse por el ciclo político de cada cuatro años: “Mirar hacia adelante con dos o tres décadas como mínimo”, concluyó.
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